El resultado del 20-D supuso un
revulsivo en nuestro anquilosado sistema político surgido tras la muerte del
dictador que considero positivo, aunque habrá que ver el recorrido que tiene el
mismo. A pesar de ello se impone el tacticismo político en todas las
formaciones.
Al estratega Rajoy lo pillaron
llegando a situar hasta la fecha de unos próximos comicios, pero esto del
cambio climático debe estar afectando a la política y, en un invierno que
parece no llegar nunca, las altas temperaturas han hecho que eclosionen y
aumenten el número de anfibios en las ciénagas populares del centro y este del
país a niveles que pudieran afectar al color (ya no tan azul) de las papeletas
que muchos pensarían introducir en esas hipotéticas nuevas urnas.
Es un partido en descomposición en el
que su líder eludió con mejores palabras, pero peores argumentos, la indirecta
de su correligionario vasco Damborenea cuando le dijo que estaba hasta los
avíos de corrupción. ¿Pero qué se puede esperar del amigo del suizo?, ¿del que
defiende a la de los bolsos de Louis Vuitton dándole colocación en la
Permanente del Senado?, ¿del partido de una señora cuyos concejales valencianos
están prácticamente todos “investigados”?, ¿o de una lideresa que tiene un
criadero de ranas en los madriles?, etc., etc.,….
El PSOE por otra parte se encuentra
en un estado de contradicción y luchas internas. Su pérdida de poder es
evidente. El partido de los 202 diputados tiene ahora menos de la mitad. En su
seno hay una lucha entre los que defienden el legado de los gobiernos del,
según Anguita, “señor X de los GAL por acción u omisión consciente”, el partido
de Barrionuevo y Vera, el partido que mangoneaba el hermano de Juan Guerra, el
partido de Narcís Serra o Hernández Moltó, …., …., etc. El partido al que
todavía le queda en Andalucía un régimen clientelar dónde se ha expoliado a sus
ciudadanos comprando su voto con tres o cuatro subsidios y peonás, y que tiene
sumida a esta comunidad en la cola del país excepto en las cifras de
desempleados, que lidera. La lucha está entre Pedro Sánchez, al que le ha
tocado lidiar con la situación más crítica del partido desde la llegada de la
democracia, y la felipesa, política chillona, mediocre, populista, arribista y
tonta útil de la vieja guardia que pretende desbancar al primero para que no se
descubran las vergüenzas de la corrupta gestión liderada por Chaves y después
Griñán.
Causa también vergüenza ajena
observar como periodistas apesebrados defienden un sistema constitucional que
ha sido útil, pero que exige una profunda reforma. ¿Pero qué se puede esperar
de periodistas como Hermann Tertsch, Melchor Miralles o Sáenz de Buruaga que
presumen de liberales y cobraban auténticas mordidas de la cadena pública de la
Espe?
Aunque después de oír lo que se
cuenta en el juicio del balonmanista se comprende que el sistema está podrido
desde su cúpula. Escuché a Eduardo inda decir que una de las causas de la mala
relación entre Juan Carlos I y Aznar fue la negativa de este último a comprarle
un barquito del erario público al del patrimonio de 2.000 millones o más. O
cuando leí que le parecía poca cosa para su hija que viviera en un pisito de
400.000 €. Este juicio está resultando un espectáculo obsceno para una
población que sufre desahucios, paro, que no tiene para la calefacción, etc., etc.
Estos borbones parecen más bien una familia siciliana.
Ante esto los partidos alternativos
se presentan como una bocanada de aire fresco que ofrece la posibilidad de
reformar el sistema. Una reforma que exige una separación real de poderes;
eliminación de TODOS los aforamientos; un sistema electoral más justo que haga
más real aquello de una persona, un voto; que derogue la impunidad legal
aprobada por el “regenerador” Rajoy; dónde podamos elegir a nuestro Jefe de
Estado democráticamente; en el que el Parlamento pueda solicitar la
comparecencia de los miembros del gobierno con un número de diputados
importante, pero que no pueda ser bloqueado por una mayoría parlamentaria; de
igual manera para crear comisiones de investigación y pedir comparecencias para
las mismas; un sistema económico más justo y equilibrado en el que las
diferencias entre ricos y pobres se reduzcan y dejen de incrementase; etc.
Evidentemente el sistema y los que
están pringados en sus corruptelas o al servicio de estos se defienden como
gatos panza arriba para minimizar las consecuencias que pudieran acarrearles.
Pero es de desear, más que esperar, que a pesar de todo se consiga una
verdadera reforma constitucional, más ambiciosa que el pacto PSOE-Ciudadanos,
que nos urge por el bien de nuestro país y de su salud democrática. La
Constitución vigente se aprobó en las circunstancias en que se aprobó y
actualmente se observan sus deficiencias, y como se rompen sus costuras y se
descubren sus vergüenzas. Es de esperar también que se imponga la responsabilidad
y se llegue a algún acuerdo en estos dos meses y no sea preciso volver a nuevas
elecciones en las que PSOE y PP podrían resultar aún más perjudicados, no
pareciendo que los resultados puedan diferir tanto de los actuales. Reconozco
que aunar ambos deseos es metafísicamente imposible, pero algo se logrará.
Fermín.
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