domingo, 29 de junio de 2014

¿PRIMARIAS ABIERTAS OBLIGATORIAS?

En declaraciones de ayer (28 de junio) en La Sexta Noche el candidato a la Secretaría General del PSOE, Pedro Sánchez, propuso que se celebraran primarias abiertas obligatorias en todos los partidos políticos. Es de entender, tal y como propone su partido, que se refiere a la candidatura a presidencia del gobierno u otras instituciones. Simplificando refirámonos solo a la presidencia del gobierno.

Podemos hacer algunas consideraciones. El sistema de primarias procede de EE.UU. donde, aunque cada estado tiene su propia legislación sobre primarias, tienen un régimen presidencialista, y además en la Cámara de Representantes se elige uno por distrito y en el Senado a dos (normalmente un republicano y un demócrata) por estado. Es decir, se tratan de elecciones cuasi directas. En España tenemos un sistema parlamentario donde lo que elegimos son los miembros de las Cortes Generales que representan al pueblo español. De estos, corresponde a los diputados (que son elegidos en listas cerradas y bloqueadas) elegir al presidente del gobierno. Los partidos de ámbito nacional, aunque no es obligatorio, tienen por costumbre situar como número uno por la circunscripción de Madrid al candidato a presidente de gobierno. De tal manera que las primarias vendrían a elegir a dicho número uno, solo eso. Hacerlo por ley significaría, en la práctica, obligar a que el partido que obtuviera la confianza de los ciudadanos presentara a dicho número uno como candidato a la investidura y a que los diputados de dicho partido (cuyo voto en teoría es personal e indelegable) votaran por él. No sé si esto tendría encaje constitucional. Se trataría de convertir en derecho algo que ya sucede de hecho, que elegimos a unos diputados para que voten a un candidato determinado. Además en dicha ley se obligaría a que este candidato fuera elegido en primarias.

Ya que corren estos vientos democráticos en algunas formaciones podrían adecuarse a la realidad de nuestra democracia y sistema electoral, y podrían elegir las listas electorales del primero al último, incluidos los suplentes en primarias. De esta forma nuestros representantes no serían elegidos por las élites de los partidos sino por los militantes. Los militantes han de tener en los partidos una función más importante que la de meros pegadores de carteles, o elegir a unos delegados para los congresos, para que los líderes de las diferentes familias y sensibilidades hagan sus cambalaches y componendas en los mismos. Un ejemplo fue lo sucedido con Josep Borrell en 1998 cuando ganó las primarias enfrentándose a todo el aparato. El 34 Congreso Federal, celebrado en 1997, acabó con la victoria de Joaquín Almunia. Recuerdo que en dicho congreso el más ovacionado fue Borrell, pero consensuaron que el Secretario General fuera Almunia. Posteriormente ocurrió lo que ocurrió. A continuación aprovecharon la primera oportunidad para defenestrar a Borrell, que tuvo que dimitir por unas causas por las que no dimite casi nadie. Posteriormente, y sin dudar de la capacidad de Almunia, le ofrecieron a Borrell el caramelo de encabezar las europeas, en tanto que, lo que realmente apetece a un político, el poder ejecutivo, se lo ofrecieron a Almunia, que fue nombrado comisiario europeo. Este ejemplo es una prueba de que en bastantes ocasiones por una parte está el sentir de la militancia y por otra la cúpula de los partidos. Un paso más sería permitir las listas abiertas, las que también se podrían elegir por sufragio entre los militantes.

Al hablar de primarias abiertas nos podemos remitir también a EE.UU. En dicho país, generalizando y sin entrar en las peculiaridades de cada estado, los votantes para poder hacerlo, han de registrarse como tales ante algún partido. Esto hace que exista un censo de los potenciales electores y estos pasan a elegir en primarias a su candidato. Normalmente un elector solo puede votar en las elecciones primarias de un partido. En España los votantes adquieren el derecho a serlo simplemente por estar inscritos en el censo. He oído que los socialistas pretenden hacer un censo de simpatizantes, que votarían con el pago de una cantidad simbólica y la firma de un documento en el que mostrarían su cercanía a las posiciones del PSOE; pero como el voto en las elecciones es de momento secreto, ¿quién garantiza la fidelidad e integridad del votante?, ¿quién garantiza que un simpatizante del PP no participara? Esto también podría ocurrir en EE.UU., pero menos.

Los partidos políticos, se entiende, son asociaciones de ciudadanos con una ideología coincidente que ofrecen a la sociedad un programa político y unos candidatos. Cualquier persona, con algunas excepciones (jueces, fiscales militares y algunos otros que se me escapen) pueden formar parte de los mismos y fundarlos. De tal manera que sería más lógico que fuesen los propios militantes quienes eligieran sus candidatos. Los ciudadanos no militantes y lógicamente, también los militantes, pasaríamos a elegir entre las diferentes ofertas que hicieran los partidos. Sin que Felipe González sea santo de mi devoción, he de manifestar mi coincidencia con él en este aspecto. El compromiso que supone militar en un partido político ha de tener alguna diferencia con quien no lo hace.

Es cierto que el artículo 6 de la Constitución establece que los partidos políticos deben tener una estructura interna y funcionamiento democráticos. Sería deseable que así fuera y bueno sería también profundizar en la democratización de los mismos, pero de ahí a obligar por ley, como propone Sánchez, que hayan de celebrarse primarias abiertas obligatorias en todos los partidos hay un paso. Sería obligar a todos los partidos a que funcionasen como quisiera una mayoría parlamentaria que aprobara la ley. Los partidos han de ser democráticos, sí, pero han de ser ellos y solo ellos quienes establezcan su modo de funcionamiento. Ya los ciudadanos en las elecciones pasaremos a decidir, entre otras cuestiones, si nos gusta este funcionamiento.

Concluyendo. Mi opinión es que lo preferible, en nuestro actual sistema parlamentario, serían elección directa de las listas, con su orden, por la militancia. De tal manera que unos diputados con más legitimidad democrática, considero, eligieran al presidente del gobierno.

Solicitar listas abiertas actualmente sería, poco menos, que pedir peras al olmo.

Fermín
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domingo, 22 de junio de 2014

¿QUÉ LE DIRÍA EL CHINO A RAJOY?


Con fecha 14 de marzo del 2014 se publicó en el BOE la modificación legislativa que limitaba la aplicación de la justicia universal, entrando en vigor al día siguiente. Esta ley parece motivada por presiones internacionales como el caso de José Couso y el recuerdo de Augusto Pinochet entre otros. Sin embargo parece ser que la espoleta ha sido la orden de busca y captura por parte de la Audiencia Nacional contra cinco miembros de la nomenclatura china, entre ellos el expresidente Jiang Zemin y el exprimer ministro Li Peng, como presuntos responsables de un delito de genocidio en el Tibet.

Dicha reforma legislativa se tramitó por procedimiento de urgencia mediante proposición de ley por parte del grupo popular acelerando los trámites y eludiendo los informes de los órganos consultivos. Como consecuencia de dicha precipitación nos encontramos con una reforma chapucera que de momento ha permitido la excarcelación de numerosos narcotraficantes sin que se haya conseguido desactivar, por ejemplo, el caso Couso. Ello habla de la dudosa capacidad de los asesores del gobierno del PP, los cuales están muy bien pagados.

La cuestión no radica en el hecho de la modificación legislativa. Teniendo en cuenta que China posee el 20% de la deuda pública española, es fácil deducir que si decide poner el papel en el mercado esto conllevaría un hundimiento de nuestra deuda lo que nos obligaría a tener que incrementar considerablemente el interés de nuestras emisiones, ello supondría un aumento del déficit público y la deuda considerable cuya corrección obligaría a importantes recortes que añadir a los ya realizados. Por tanto esta iniciativa, a pesar de las críticas de la oposición, la hubiera llevado a cabo PSOE, IU e incluso Podemos. La cuestión estriba en el hecho de la premura y precipitación con la que se ha llevado a cabo. Cualquier persona puede llegar a la conclusión de las enormes presiones a las que ha debido someter China al gobierno español.

El problema va aun más allá. Aunque nos pese, España no deja de ser un actor irrelevante en la esfera internacional. El problema podría ser que China es el principal acreedor de deuda estadounidense, suponiendo en torno al 22% de la misma. La deuda pública de EE. UU. supera el 104 % de su PIB. En China sólo alcanza en torno al 22 % de su PIB. Además es evidente que, a los actuales ritmos de crecimiento, China pasará irremediablemente a ser la primera potencia económica del mundo.

Desde la aparición de la bomba atómica los conflictos entre las grandes potencias no se resuelven en el campo de batalla. La aparición de la energía nuclear, mal que nos pese y que me perdonen los japoneses fallecidos en Hiroshima y Nagasaki, ha evitado que haya estallado la III Guerra Mundial. La victoria norteamericana de EE. UU. sobre la extinta URSS en la Guerra Fría se fraguó gracias al colapso económico producido en la Unión Soviética como consecuencia de la carrera armamentística, que detrajo recursos para atender a su población. Culminó con la victoria que supuso la llamada Guerra de las Galaxias, a la que la URSS no supo dar respuesta tecnológica. Esto llevó a la claudicación de Mijail Gorbachov.

En vista de esto no resulta descabellado pensar que, de la misma forma que EE. UU. derrotó a la Unión Soviética económicamente, China haga lo propio con EE. UU. Probablemente China derrote a EE. UU. con sus propias armas, el capitalismo. Resulta impensable una intervención militar, por lo que la única forma de evitarlo EE. UU. sería vulnerando su propia filosofía, sus propios principios fundacionales. ¿Se negaría EE. UU. a pagar la deuda a China? China no es la URRS, la población China cuadruplica la estadounidense. China es un país que prefiere invertir el dinero en controlar la deuda de otros países a atender las necesidades de su propia población.

Todo esto se lo deberemos al cortoplacismo del capitalismo que prefiere el beneficio rápido a diseñar una estrategia a más largo plazo. No creo que resulte especialmente revolucionaro ser conscientes de que, aunque nos digan que vivimos en regímenes democráticos con libertades, el verdadero poder en Occidente reside en el gran capital. Un ejemplo puede ser el sistema de financiación privada de las campañas electorales en EE. UU. El propio Bill Gates dedica el mismo dinero a financiar tanto a republicanos como a demócratas, al final siempre ganará y solicitará que le devuelvan con beneficios la inversión realizada. De tal manera que tampoco resultaría un absurdo decir que un político estadounidense más que deberse a sus votantes se debe a quien lo financia. Lo fundamental para conseguir dominar un sistema democrático occidental es el control de los medios de comunicación, una opción política que no aparece en los mismos no existe para el ciudadano, nadie se lee los programas electorales. El capitalismo no necesita oprimir al pueblo, le basta con dotarlo de un cierto bienestar para que no proteste y controlar la información que recibe.

Como consecuencia, la ambición de las grandes multinacionales occidentales por hacer negocios en China, antes de exigirle reformas democráticas, ha llevado a la creación de un gigante que conjuga lo peor de capitalismo y comunismo.

Si bien no puede gustar a muchos la hegemonía estadounidense, la china sería mucho peor. EE. UU., a pesar de todo, es una democracia que permite un régimen de libertades. Si el modelo pasa a ser el de la atroz dictadura china, que nos cojan confesados. Un ejemplo es éste, con el caso Couso probablemente se han producido presiones por parte de EE. UU., en cambio China ha obligado a modificar la legislación de un país soberano en tiempo récord. Cabe esperar que esta tendencia se acentue en el futuro.

domingo, 15 de junio de 2014

Y EL HOMBRE CREÓ A DIOS A SU IMAGEN Y SEMEJANZA

Podríamos plantearnos el hecho religioso, la trascendentalidad e incluso la existencia de Dios.

La teoría científica más aceptada sobre el origen del universo es la teoría del Big Bang por la que el universo se originó hace unos 14.000 millones de años en una singularidad espaciotemporal de densidad infinita. La Iglesia, con su conocida capacidad de adaptar la interpretación de las Sagradas Escrituras a los progresos científicos, la acepta ya que considera que explica la creación del universo por parte de Dios en un instante concreto. Ya, aunque le costó, había aceptado otros avances científicos como el hecho de que la Tierra no fuera el centro del universo o la Teoría de la Evolución de las Especies de Charles Darwin.

El hombre es un animal racional con un nivel de inteligencia que le permite ser consciente de su propia existencia, así como de sus limitaciones entre las que se encuentra su propia mortalidad. Ello le lleva a cuestionarse el sentido de la existencia, la posible trascendentalidad y la inmortalidad. Aquí está el terreno abonado para que las religiones proliferen y ofrezcan certidumbres así como promesas de inmortalidad que alivien en parte la desazón que produce en el ser humano el sentido de la existencia y su miedo a perderla.

La Iglesia nos habla de un Dios que nos juzgará e impartirá justicia. Atendiendo a su supuesta propia creación observamos que la vida en la Tierra es puro darwinismo (no se observa sentido de la justicia por ninguna parte). El sentido de justicia es de creación humana. Por tanto ese sentido de la justicia que le atribuyen a Dios, ¿no es realmente atribuirle a Dios una característica humana?

La Iglesia considera que la creación es obra de un ente inteligente. El hombre se caracteriza por su inteligencia, su consciencia de si mismo. ¿No se le estará atribuyendo a Dios, lo mismo que sucede con el sentido de la justicia, otra característica humana?

Según la Iglesia Dios nos ofrece la salvación eterna si cumplimos con un comportamiento terrenal acorde con unos principios morales que el cristianismo establece. En cualquier caso, ¿los principios éticos no son también una creación humana? Puede existir una moral establecida por cada religión pero, ¿no es cierto que el hecho de tener unos principios éticos no tiene que estar vinculados a ninguna religión? ¿Se ha de actuar correctamente en la vida por considerar que se hace lo adecuado o por conseguir una recompensa (vida eterna)?

Jesús fue un hombre extraordinario y revolucionario para su época, con ideas innovadoras. Pero este hecho junto con unos supuestos milagros no tienen porqué hacer pensar o dejar de hacerlo que fuera hijo de Dios. No podemos dar explicaciones sobrenaturales (consideración de milagros) a aquello que no podamos explicar cientifícamente, quizá algún día se encuentre esa explicación. En todo caso estos milagros no son más que una minucia en la inmensidad del Universo y en la comprensión del mismo. La propia Iglesia Católica los utiliza políticamente como ha sucedido con la reciente beatificación (en tiempo récord) de Juan Pablo II.

El mito de la virginidad de María quizá responda más a la propia moral cristiana, que parece tener aversión a la sexualidad (a fin de cuentas es lo que nos proporciona nuestra continuidad como especie) que a una explicación científica. En cualquier caso, aunque se aceptara su embarazo de Cristo por obra del Espíritu Santo, es de suponer que, con posterioridad, pudiera mantener relaciones con su esposo José.

Las religiones da la impresión que nos ofrecen certidumbres, consuelo, expectativas de trascendentalidad y unos valores morales que vienen a coincidir con aquellos vigentes en las sociedades de las que surgen, con algunas innovaciones aportadas por alguna personalidad especialmente brillante.

El propio Stephen Hawking ha declarado que no observa la intervención de ningún ente inteligente en el nacimiento y la evolución del Universo (algo que, por supuesto, es perfectamente debatible).

Desde una posición agnóstica no se puede negar la existencia de Dios ni afirmar la misma. Sin embargo en vista de que el ser humano es un ser inteligente debe rebelarse ante el hecho de que un ente, aunque se suponga superior, tenga la atribución para decidir sobre el propio ser humano. Debe afirmar su libertad aunque no le quedara más remedio que aceptar la autoridad de un ente superior.

Ante el hecho de la consideración de Dios como omnipotente, omnisciente y omnipresente, ¿no es esto una idealización del ser humano? El ser humano puede, no lo puede todo; sabe, no lo sabe todo; y está, aunque no en todas partes. Por tanto, en vez de considerar que Dios nos creó a su imagen y semejanza (algo que conociendo la inmensidad del universo resulta poco modesto por nuestra parte). ¿No sería más acertado considerar que hemos creado nosotros a Dios a nuestra imagen y semejanza?

domingo, 8 de junio de 2014

SE EQUIVOCA SEÑOR LARA


Estamos en pleno debate sobre la monarquía y conviene hacer algunas puntualizaciones.

Tras el fallecimiento del general Franco D. Juan Carlos accedió a la Jefatura del Estado como sucesor del dictador a título de rey. Se encontró con un enorme poder que cedió en el proceso de transición democrática lo cual debemos agradecer todos los españoles. Evidentemente fue un acto de generosidad, pero ineludible si aspiraba a que la monarquía fuera asimilable a las monarquías europeas (lo contrario hubiera sido alinearse con otras monarquías como la marroquí o saudí, con las que tan buenas relaciones mantiene). Ineludible también por el ansia de libertad de la sociedad española de la época que no hubiera entendido algo diferente. Por tanto un acto de generosidad sí, pero también obligado.

El proceso de transición fue pilotado conjuntamente por el rey y Adolfo Suárez como presidente del gobierno. Éste, proveniente del régimen anterior lo que no conviene olvidar, pero consciente de los nuevos tiempos históricos que vivíamos y de la necesidad de convertir a España en una democracia homologable a la de los países de su entorno y que dejara atrás el aislacionismo histórico de nuestro país.

Fue un proceso de transición en el que se pasó de un régimen dictatorial a una democracia de forma pacífica y respetando los procedimientos de la legalidad establecida. Dicho proceso culminó con la aprobación de la Constitución en referéndum por el pueblo español el 6 de diciembre de 1.978 y entró en vigor el 27 de diciembre de ese mismo año. En esta constitución, aprobada por consenso y en un momento histórico determinado, introdujeron el Título II De la Corona donde se estableció las características de nuestra monarquía parlamentaria. La Constitución establece para la reforma de dicho título unas condiciones más severas que las necesarias para reformar, con alguna excepción, el resto de la misma. Una constitución, ya de por si rígida, establece mayores rigideces para modificar nuestra monarquía constitucional y convertirla en una república. Evidentemente la Constitición se votó como un todo, sin que hubiera un debate sobre la monarquía. Así, y en vista de los tiempos que corrían y del ansia de libertades de la población, la mayoría de los republicanos la apoyaron. Entre ellos el propio PSOE..

Evidentemente, en pleno siglo XXI, la monarquía no es más que una reminiscencia de un pasado feudal ya superado y que deberá desaparecer. No es comprensible que el Jefe de Estado de nuestro país, primera magistratura del mismo, no sea elegido por el pueblo, sino que sea una cuestión de herencia y a la que no pueden acceder el común de los españoles, sino sólo uno de ellos de apellido Borbón.

Nadie duda de la capacidad del futuro Felipe VI pero, ¿qué hay detrás si sucediera alguna desgracia? ¿Unas niñas que ocuparían el trono a la edad de 18 años, edad en la que su primera preocupación debieran ser sus estudios y sus relaciones con jóvenes? ¿Una infanta que no destaca por su especial inteligencia? ¿Marnie? Es claro que la monarquía no garantiza la capacidad del que ha de ser Jefe del Estado, y aunque tuviera una demostrada capacidad no cuenta con el apoyo explícito del pueblo español. Sólo con la legitimidad legal que le da un texto de hace 36 años que se aprobó como un todo en las condiciones que se aprobó. En cualquier caso por el bien de nuestro país larga vida al futuro rey.

Digo que el Sr. Lara se equivoca porque la cuestión no es plantear un referéndum, que en cualquier caso carecería de fuerza vinculante, ya que la decisión en última instancia correspondería a las Cortes Generales. La cuestión es que se imponga el sentido común y pasemos a una república que es lo que más se corresponde con los tiempos actuales.

Los conservadores, como su nombre indica y como ha sido su función a lo largo de la historia, tienden a mantener el sistema vigente, a defender las tradiciones. Sin embargo la historia evoluciona, y pese a su oposición, han de imponerse ideas modernas como normalmente, con alguna involución, ha sucedido a lo largo de la historia.

No deben utilizar el discurso del miedo, no estamos ni en la década de los 30 ni en el final de la dictadura franquista. Las transición a una república ha de hacerse de forma civilizada, respetando la legalidad (una constitución que blinda la monarquía) como se hizo a la muerte del dictador, pero legalidad que establece asimismo una serie de recursos como el derecho de manifestación que los republicanos hemos de usar para obligar a que una mayoría, altamente exigente de ambas cámaras, proceda a modificar la Constitución.

No debemos aceptar paternalismos, ni una monarquía que genera dudas sobre el propio patrimonio del rey, del que ni la Casa del Rey aclara ni su cuantía ni su origen; donde hay dudas sobre si el actual rey tiene o ha tenido dinero en Suiza, cuando el común de los españoles tiene el dinero en nuestro país aunque no estén dando continuos gritos de “Viva España”; donde hay dudas muy razonables sobre las presiones de la Casa Real y el Gobierno sobre la independencia del poder judicial en el asunto de la imputación de la infanta Cristina, además del penoso espectáculo de la fiscalía, que tiene dependencia jerárquica y cuya cúspide es el Fiscal General del Estado, cuyo nombramiento depende del Gobierno.

No debemos entrar en exigir un referéndum, porque en el probable caso de que ganara la opción de mantener la monarquía, ¿debemos esperar otros 36 años para consultar de nuevo a la población? Si al Sr. Rajoy los ciudadanos debemos proceder a examinar a finales de 2.015 como muy tarde. ¿No parece lógico que los ciudadanos decidamos sobre nuestro Jefe de Estado cada cuatro o cinco años? En todo caso, y aunque no parezca una solución razonable, deberíamos al menos celebrar un referéndum de forma períodica para conocer de forma actualizada el sentir del pueblo sobre la cuestión monárquica.

En cualquier caso muchas gracias por los servicios prestados por  Juan Carlos I.

domingo, 1 de junio de 2014

ABORTO, ¿DERECHO?, PSSS....


Nos encontramos en pleno debate sobre el aborto a raíz del proyecto de ley que dice el PP que va  a presentar para restringir su aplicación.
Sobre el mismo yo quisiera hacer algunas consideraciones de carácter ético. Los proabortistas utilizan argumentos como que todavía no son seres humanos, la libertad de las mujeres, “nosotras parimos, nosotras decidimos”, “solo nosotras podemos decidir sobre nuestro cuerpo”.
Si el planteamiento es que todavía no son seres humanos, podrían probar a hacer una prueba de ADN al feto para ver si corresponde con el de una rana, por ejemplo, o el de un ser humano . Podría decirse que está en estadío de desarrollo diferente pero, ¿no es cierto que estamos en continuo cambio? En dos instantes diferentes el mismo ser humano no es el mismo. Estamos en continuo cambio, desaparecen células, aparecen otras nuevas. Lo que se mantiene en esencia es el ADN. No es lo mismo un feto a un recién nacido, pero tampoco lo es una persona de cinco años a esa misma persona a la edad de veinte años.
Cuando el partido socialista aprobó su primera ley del aborto, de supuestos, uno de ellos hablaba de la malformación del feto. Diferenciaban entre fetos normales y fetos defectuosos. Estos últimos podían ser eliminados. Argumento similar lo usaban en la Alemania nazi, y dicen que son progresistas de izquierda. La ley vigente, también socialista, ésta de plazos, permite abortar en las primeras 14 semanas de gestación. ¿Qué diferencia hay entre la semana decimotercera y decimoquinta? Es de suponer que en ese momento se produzca alguna conjunción astral que dote de alma al feto y lo convierta en persona. Algo que, desde mi agnosticismo, no concibo. Por otra parte, para la ilustre teóloga Cristina Almeida, dicha conjunción astral se produce en un plazo superior. Curiosas discrepancias, los que entienden de lo divino no se ponen de acuerdo.
En esta pasada campaña electoral Elena Valenciano nos dice que hay defender la libertad de las mujeres. Por supuesto, viva la libertad, es el más precioso don del ser humano. Pero dado que somos animales sociales, no tigres de bengala, tenemos que comprender que dicha libertad ha de tener limitaciones, aquello de “la libertad de una persona termina donde comienza la de las demás”. Por tanto la libertad de las mujeres no se puede anteponer al hecho de truncar un proyecto de vida humano. Hay que anteponer el derecho a la vida a otros derechos y libertades. Si hay que elegir entre asumir una responsabilidad y una vida humana, está claro.
“Nosotras parimos, nosotras decidimos”. Evidentemente las leyes de la naturaleza establecen que la gestación corresponde a las mujeres. De momento parece ser que es así. Pero hay que tener en cuenta que esto es cosa de dos. Y de la misma forma que las mujeres deben exigir a sus parejas que asuman la responsabilidad de sus actos, los hombres no tienen por que aceptar que la vida de un ser engendrado por ellos dependa exclusivamente de la madre. Más aún el resto de la sociedad, lo mismo que censura el asesinato, ha de hacer lo propio con el aborto.
“Sólo nosotras podemos decidir sobre nuestro cuerpo”. También estoy de acuerdo, no soy creyente, no creo que la vida nos la otorgue Dios, y por tanto considero que cada persona debe tener la potestad de decidir sobre si mismo. Ahora bien, ya que está tan en boga el ADN para identificar individuos, es evidente que el ADN del feto es diferente al de la madre. No es por tanto su cuerpo, están decidiendo sobre un ser distinto. El problema es que es un ser diferente cuya viabilidad de vida depende de su madre. Al menos en tanto los avances científicos no permitan otra cosa.
Me agradaría que la progresía de este país, ante la propuesta de Gallardón aceptasen discutirla y propusieran alternativas como el hecho de que mejoren los servicios sociales en su atención a la mujer, que la apoyaran económicamente para evitar que toda la responsabilidad de las necesidades del niño recayeran sobre ella, guarderías, atención especializada, etc. De esta manera obligarían a que este gobierno, con desmesurado interés por recortar gasto público, se retratara. Pero no, ellos a lo suyo, libertad, libertad de fornicio sin asunción de las responsabilidades que dicha actividad trae como consecuencia.
Según unas declaraciones de Cristina Almeida a la Sexta Noche de hace un tiempo, descubro que mi ética la marca Rouco Varela y que soy de extrema derecha.
Parafraseando a Bertolt Brecht,  como yo ya no soy un feto, psssss…………

Fermín.