domingo, 26 de julio de 2015

APIADÉMONOS DE LAS VERDADERAS VÍCTIMAS

Debemos agradecer que disfrutemos de una democracia ejemplar donde existe una separación real de poderes, y no existen injerencias entre los mismos, ni presiones o control de los políticos sobre el judicial. Tampoco valoramos suficientemente que la mayoría de los medios no actúe como en otros países, donde existen dictaduras o democracias de escasa calidad, al servicio del poder. Nuestros medios actúan, sin que quepa la menor duda, como verdadero contrapoder crítico de los abusos de los poderes establecidos constitucionalmente. Aquellos que los consideran el “Cuarto Poder” evidentemente deben hablar de otro país.

Mi admiración por la labor periodística de la cadena 13TV, y particularmente la tertulia nocturna del  programa “El Cascabel” aumenta cada día que la veo de forma exponencial. Y no tanto porque cada noche denuncian a aquellos nuevos cargos públicos que no cumplen con sus obligaciones religiosas, sino por el nivel y brillantez de los análisis que realizan muchos de sus tertulianos.

Sin ir más lejos, el pasado jueves, Edurne Uriarte, en una de sus intervenciones afirmó que: “Los partidos políticos usan la corrupción unos contra otros”. La primera impresión que me causó fue decepcionante, puesto que entendí que esta señora con sus palabras abogaba por un pacto de silencio entre los partidos, que condujera a que los ciudadanos conociéramos aún menos de lo poco que nos enteramos sobre lo que se cuece. Aún más me extrañó que se produjera en un medio tan crítico con el poder y temía que dejaran de destapar todas las corruptelas que se producen en las formaciones más corruptas, particularmente Podemos y ahora también Ciudadanos.

Pero hay que comprender que no todo el mundo es catedrático de una disciplina tan compleja como las Ciencias Políticas. Esto exige una capacidad intelectual que no está al alcance del común de los mortales, y para interpretar el sentido real de sus palabras una inteligencia normal ha de exigir que sus neuronas trabajen al límite. Para ello hay conjugar dos elementos: la declaración en cuestión y la línea crítica de 13TV con el poder. A partir de ahí la conclusión se simplifica. La prestigiosa catedrática pretendía advertirnos de una especie de conspiración judeo-masónica por la que las fuerzas políticas inducen a que sus adversarios políticos se corrompan. Los corruptos son víctimas de sus rivales políticos, según la prestigiosa Uriarte. Que en Andalucía haya tanto Alto Cargo implicado en casos como los ERE's o los Cursos de Formación, no se ha hecho al amparo del régimen socialista de Chávez, Griñán o Díaz como se creía; sino que es responsabilidad de la oposición pepera. Lo mismo debe ocurrir en las comunidades madrileña o valenciana, o en el propio PP. Bárcenas, Matas, Granados y tantos y tantos otros son pobres diablos víctimas del contubernio sociata. Yo aún iría más allá y atribuiría la responsabilidad a Podemos y Ciudadanos que llevan décadas conjurados por subvertir el sistema, y es de suponer que señora tan clarividente no tardará en ponerlo en nuestro conocimiento.  En cualquier caso es solo un ejemplo, ya que en 13TV particularmente, y en otros muchos  medios, abundan analistas de parecido o superior nivel que nos destapan las oscuras tramas que se tejen en los aledaños del poder.

Los teólogos católicos ya nos dicen que los pecadores (corruptos) son realmente las víctimas que están sometidas a la tentación del Diablo (o demás hierbas). El Diablo no puede redimirse, en cambio los pecadores sí.

Me resultaba contradictorio en su momento que señores como Federico Trillo (que cobraba por etéreos informes verbales desmesuradas cantidades o en negro por defender a los implicados en la Gürtel) o Juan Cotino del que se acaba antes mencionando lo que no ha hecho, miembros ambos del Opus Dei, cayeran en el pecado de la avaricia de forma continuada. La respuesta la encontré el día que vi al condenado confeso Díaz-Ferrán rezar con fervor dándose golpes en el pecho al tiempo que vulneraba sistemáticamente el séptimo mandamiento. Comprendí entonces que no se trataba ni se tratan de hipócritas, sino de verdaderos temerosos de Dios. Tan temerosos que no les basta con cumplir con la obligación que les impone su religión de acudir a misa dominical como hacen la inmensa mayoría de los católicos practicantes. Necesitan hacerlo con mayor frecuencia, de forma diaria y aún más si fuera posible. Hay que considerar que nunca se sabe cuándo el Altísimo los puede llamar a su seno, y personas con tan turbias actividades han de minimizar la cantidad de pecados sin absolver para que su estancia en el purgatorio no les resulte prolongada y pesarosa en exceso.

Dios será generoso y perdonará a los corruptos pecadores que son las verdaderas víctimas, pero, ¡Ay de los terribles demonios!, que como bien nos desvela doña Edurne, es donde reside el Maligno. Para ellos no habrá redención posible.

Fermín.

domingo, 19 de julio de 2015

El Gran Estadista

Ha ya mucho tiempo que me di cuenta de que España no era aquella gran nación que nos explicaban en la escuela postfranquista, pero el actual nivel de irrelevancia internacional de nuestro país creo que queda muy lejos del que la lógica atribuiría a un país de cierta importancia.

La verdad es que el nivel como estadistas de nuestros dirigentes en democracia (con alguna excepción) es realmente para que nos lo hagamos mirar.

Tras la muerte del dictador el nuevo rey al heredar de Franco la Jefatura de Estado era consciente de que para la supervivencia de la Monarquía era preciso que nos convirtiéramos en una democracia homologable a la del resto de países de nuestro entorno. El elegido para ello, Adolfo Suárez, decepcionó tanto dentro como fuera de nuestro país al ser un político que provenía del régimen franquista. Sin embargo, y el tiempo le dio la razón, la elección fue certera porque era necesaria una persona  pragmática que no levantara recelos en exceso entre aquellos que todavía tenían la mentalidad de que como vencedores de la guerra no tenían por qué hacer ninguna concesión.

Adolfo Suárez era ambicioso y de esos políticos adaptables a las modas de cada momento; de tal manera que si los nuevos tiempos exigían democracia, el sería un demócrata de toda la vida y se puso a la tarea de una empresa a las que pocos auguraban éxito. Tuvo que lidiar con la herencia de las Cortes franquistas, con una crisis económica a la que se le empezó a ver el rostro, con una extrema derecha que no se resignaba y con unos terroristas en el País Vasco que hasta hace poco jugaban a conseguir la involución en el país con el fin de lograr su pretendida independencia. Su éxito fue indudable y aunque todos destacan al anterior rey como el que frenó el intento del 23-F (pudiera ser así, aunque cuando de aquí a alguna década se desclasifiquen algunos documentos, quizá los historiadores puedan aclarar las sombras que se ciernen sobre  su verdadera actuación) fue Suárez el que con su valor ante las metralletas de Tejero mantuvo la dignidad de la legitimidad de nuestra democracia. Consiguió vencer las dudas internacionales sobre su figura, aunque para conseguir el reconocimiento en nuestro país es condición sine qua non haber fallecido.

El único verdadero estadista que en mi opinión ha tenido hasta ahora nuestra democracia ha sido Felipe González (poco más se le podía exigir a Suárez de lo que hizo y Calvo-Sotelo apenas tuvo tiempo de calentar la poltrona) aunque no sea santo de mi devoción y tuviera sus sombras, sobre todo al final. Felipe ha sido el político más carismático que ha tenido nuestro país, pero además era inteligente, tenía los pies en el suelo, era realista y por tanto sabía el lugar que nuestro país ocupaba en el ámbito internacional. No es lo más destacable la  integración en la CEE, ya que aquello fue la culminación de un proceso que venía del pasado. Lo principal fue que un político que generaba dudas por su juventud e inexperiencia en los principales líderes europeos se ganó el respeto tanto de Mitterrand, como de Kohl y finalmente hasta de Thatcher. Un líder con personalidad puede conseguir logros por encima del país que representa. Probablemente pase a la historia como el principal gobernante de largo en nuestro país del siglo XX, aunque para ello parece exigible el requisito previo de su fallecimiento.

A partir de ahí parece que nos ha mirado un tuerto. Su sucesor Aznar ha sido para muchos (principalmente los sectores de la derecha que deben estar necesitados de ello) un gran estadista, opinión que no comparto. No voy a mencionar el “extraordinario” servicio que prestó a nuestro país calificando de pedigüeño a Felipe cuando se estaba batiendo el cobre en Europa, negociando unos fondos estructurales y de cohesión que tantos beneficios han supuesto en el despegue económico de nuestro país. Su hoja de servicios como presidente es suficiente por sí misma. Evidentemente la sombra del legado de Felipe era alargada y este acomplejado señor  se vio en la necesidad de superarlo.

Ya se sabe que EE.UU. es un país donde su prosperidad está muy por encima del nivel cultural medio de su población. Ello provoca que su electorado en ocasiones se sienta abrumado ante los currículos de determinados candidatos como Al Gore o John Kerry, y prefieran a alguien así como ellos: campechano, simpático y más simple, es decir, Bush hijo. Los lobbies y poderes fácticos ya se encargan de financiar  las campañas y suelen conseguir presidentes más manipulables y receptivos a sus intereses. Se unieron el hambre con las ganas de comer; Aznar para darse ínfulas de importante y Bush para conseguir el apoyo de un miembro del Consejo de Seguridad que además pudiera tener algún ascendiente en la comunidad iberoamericana. A partir de ahí el espectáculo Aznar se daba día tras día. Su nuevo jefe lo envió a convencer a Lagos y Fox para que Chile y México (también miembros entonces del Consejo) apoyaran su propuesta de invasión de Irak. De su misión volvió con el rabo entre las piernas. Después del fiasco que supuso  la inexistencia de las susodichas armas no le quedó más remedio que reconocer que su convencimiento se basaba exclusivamente en la información que le había facilitado Bush. Es un ser humano donde todavía desconozco donde queda su sentido del ridículo. Todos recordaremos cuando se puso a hablar español en el imperio con acento texano demostrando tener la personalidad de una ameba. Como para él eso del reconocimiento es lo que debe realizarle como individuo, pagó del erario público a los imprescindibles lobbies para captar votos y que le concedieran la Medalla de oro del Congreso de los EE.UU. En el discurso que dio en el Capitolio la falta de interés de los parlamentarios en escucharlo provocó que alguien de protocolo ordenara a los funcionarios que rellenaran el auditorio y actuaran de figurantes. En definitiva el para no sé quién gran estadista, a otros nos hacía sentir vergüenza no ya ajena (cada cual está en su derecho de hacer el ridículo cuantas veces considere oportuno), sino propia porque lo hacía representando a nuestro país. Aún estará a la espera de que le concedan la dichosa medallita.

Salimos de Guatemala y entramos en Guatepeor. Zapatero no tendría muchas expectativas de conseguir la victoria y entre sus promesas estaba la retirada de las tropas de Irak. Las circunstancias le concedieron una victoria con la que no creo que soñara y empezó la demostración de su nivel. De Zapatero ya sabemos que no destacaba por su preparación en economía, pero yo me pregunto si tenía idea de algo. Es cierto que había hecho una promesa pero un gobernante debe saber gestionar sus actuaciones políticas, por lo que sorprendió la inmediatez con la que ordenó la salida del ejército. No sé sabe si sería un calentón o qué lo que le llevó a tomar la decisión de forma tan abrupta. Un político serio negocia con mesura y trata de buscar una salida equilibrada donde pudiera cumplir su promesa aunque hubiera que hacer alguna cesión. Pero ahí se le acabaron las bravatas, se pasó el resto de la legislatura lampando por la atención del César y con el pobre Moratinos desesperado tratando de buscar alguna solución. Para recuperar su estatus de “líder mundial” presentó ante la ONU su propuesta de “Alianza de Civilizaciones”. Creo que las carcajadas silenciosas se producirían en todos los idiomas que por allí se hablen excepto el español (y solo el de España) y el turco; teniendo en este último caso su explicación en el interés de Erdogan en conseguir la integración  en la UE y le parecería conveniente unirse al nuevo iluminado internacional. Aquello fue languideciendo, hasta el turco se aburrió y quedó en nada. Lo único inteligente que le recuerdo a Zapatero fue que adelantara las elecciones por el bien del país (corríamos el riesgo de que lo de Grecia a nuestro lado fuera una broma) y no presentarse para evitar una mayor debacle de su partido.

A Rajoy sus dos anteriores predecesores le dejaron el nivel tan difícil de superar, que al menos hay que reconocerle que se mantiene en la línea trazada. Entre sus “logros” está el conseguir que España sea el primer y único de los cuatro países pilares del euro que no está representado en el Consejo Ejecutivo del BCE. Ya se sabe que es el alumno más aventajado de Angie y al que no se lo conoce la más mínima queja pública a las políticas de Frau Merkel. Cabría esperar alguna contrapartida ante tanta lealtad y servilismo y así parece que sería. Antes de las europeas los conservadores europeos acordaron apoyar al elegido de la Frau, Juncker, como presidente de la Comisión Europea con el entusiasmo de Rajoy que esperaba obtener como contrapartida darle buenas colocaciones a Arias Cañete y De Guindos. Cañete parece un hombre competente y capaz; pero es también mayor,  de mentalidad  conservadora y lenguaraz. Le traicionó el subconsciente en el famoso debate, y como la colocación de comisario la tenía ya prometida costó Dios y ayuda que le dieran una Comisaría de segundo orden en una Europa donde tanto nivel de machismo no tiene tanta comprensión como aquí;  y gracias a que votaron  al promotor de la evasión fiscal de grandes empresas en Europa, Jean-Claude Juncker. Ya solo quedaba De Guindos. Resultado: agua de nuevo. Como Rajoy solo aparece para dar buenas noticias (razón por la que se le ve tan poco) ha encargado a sus voceros que busquen enemigos externos. Da la casualidad de que la diferencia era de un voto, por tanto el primero que se les ocurrió fueron los griegos (si Grecia vota a uno de los países que han sido más beligerantes con ellos hubiera pasado a los anales de los despropósitos). Siguieron buscando y ahora la culpa es de los antipatriotas socialistas. Con tal de no asumir su fracaso son capaces, como Felipe II, de culpar hasta a los elementos. Y es precisamente ahí donde radica el quid de la cuestión, en los elementos. Los “elementos” que nos gobiernan, lógicamente.
 
Fermín.

domingo, 12 de julio de 2015

LA EPIFANÍA EN PLENA CANÍCULA


Preocupado que se ve al presi  porque la proximidad de las elecciones no permita al pueblo percibir sus indudables logros en materia económica. Ello le ha llevado a realizar algunas variaciones en la cúpula de su partido donde ha colocado a algunos más jóvenes y a los que se les supone más capacidad de comunicar las buenas nuevas. Además ha considerado que ya ha llegado el momento de devolver a la sociedad parte de los sacrificios que se había visto obligado a realizar, y en su última Convención algunos realizaban algunas propuestas democratizadoras que ni Podemos y Ciudadanos juntos.

El respeto de Rajoy por las libertades, particularmente la libertad de expresión es notable. Ley de Seguridad Ciudadana aparte, cuenta El Confidencial Digital  que en declaraciones no públicas en una entrevista concedida recientemente considera que “su mayor error ha sido salvar a La Sexta de la quiebra al autorizar la fusión con Antena 3”. Hay que reconocer que esta cadena no hace los panegíricos sobre su gestión que hacen otros medios más de su agrado, pero no es menos cierto que ofrecieron a los líderes de las seis principales fuerzas la posibilidad de someterse a las preguntas de ciudadanos de diverso pelaje ideológico. El único líder que lo evitó enviando a un quitavergüenzas, el ínclito González Pons, fue él. En cualquier caso el tal Pons ya lo justificó con el argumento de que en el PP estaban sobrados de gente capacitada. Seguramente lo diría por si mismo al que ya tres millones y medio de personas le están agradecidas de haber conseguido trabajo poco después de acceder el PP  al poder como prometió. Por tanto, ¿quién mejor?

Rajoy parece que prefiere entrevistas  como la que le realizó su asalariado Alfredo Menéndez en RNE hace ya un tiempo o el “prestigioso” Ángel Expósito en la COPE hace poco. Entrevistas de trato agradable, conchaveo, sonrisitas cómplices,  preguntas previsibles y cómodas, etc. Solo recuerdo una entrevista en la que una periodista estadounidense se atrevió a preguntarle por Lucifer-Bárcenas, recibiendo la susodicha las críticas de “prestigiosos periodistas” patrios  como Graciano Palomo o Alfonso Rojo por hacer una pregunta fuera de guión. Felipe, en su momento, soportó estoicamente que Iñaki Gabilondo (un periodista de verdad) le preguntara una y otra vez sobre su vinculación con los GAL. Su respuesta fue negar y negar (aunque con la cara descompuesta), pero al menos la dio. Pensar que Rajoy acepte una entrevista con periodistas que le hagan preguntas incisivas, le repregunten, no le rían las gracias y no acepten que las preguntas estén pactadas como pudieran ser Ana Pastor, José María Calleja, Hilario Pino, etc.  sería reconocerle un valor del que carece. Bastante tuvo ya con la gringa. Esto explica que haya apostado por algunos jóvenes como Pablo Casado o Andrea Levy más dispuestos a bregar con todos los medios a ver si su política de comunicación mejora.

Como todo no ha de ser comunicación sino que también es preciso algo que comunicar y los “espectaculares” datos macroeconómicos no parece que hayan llegado a la población en la medida que desearían, ha pasado a usar el BOE. Ha adelantado la rebaja fiscal prevista para principios del próximo año a fecha 1 de julio del presente (nada que ver con improvisación, por supuesto), la luz baja un 2% (una ayudilla después de sus espectaculares subidas), 60 milloncetes para que las CC.AA. combatan la pobreza, (a buena hora, mangas verdes), o promesas de devolver la paga extra y los moscosos a los funcionarios. Habrá que ver los réditos que le produce. Lo malo que le veo particularmente a la rebaja fiscal es que con más de 5 millones de parados y un tercio de asalariados que no superan el SMI no parece que  beneficie mucho a estos; es difícil rebajar a los que ya no tenían que pagar. Y con una clase media (la que mantiene el chiringuito) cada vez más reducida me da que quienes realmente lo noten a final de mes no serán tantos como creen y la mayoría de estos lo será por pequeñas cantidades. Aunque los Florentinos, Botines, Amancios y demás “necesitados” no dudo que se lo agradecerán. Algún voto  les reportará,  en cualquier caso.

Rajoy es hombre previsor, así que en vista de que no es cosa de que el nuevo gobierno no tenga presupuestos cuando tome posesión, está dispuesto a aprobarlos con una premura de la que desconozco si hay precedentes en democracia. Es de esperar que en los mismos se reflejen nuevos beneficios para una población muy castigada por la crisis. Si después es él el que los tiene que ejecutarlos y hubiera  que reformarlos lo haría (ya conocemos la credibilidad de sus promesas electorales). Si es otro y los modificara cometería una grave irresponsabilidad.

Parece que Su Oriental Majestad Rajoy ha adelantado la Epifanía a este verano y como exige la tradición se debiera celebrar la Cabalgata. Pero con los más de 40º C que disfrutamos sería preferible que hiciera caso a otro de esos peperos tan capaces, el alcalde de Granada, José Torres Hurtado. Debieran ir  ligeritos de ropa no sea que les diera una lipotimia. Y aunque tan progre edil lo olvidara, no solo han de hacerlo las  pajes, sino también los  pajes que las féminas tienen el mismo derecho de disfrutar de su parte alícuota de carne. Además, a mí eso de ver a Rajoy con su tanguita  me pone seguro.

Si a todo ello añadimos los discursos de su reciente Convención prometiendo más participación de la militancia y mayor democracia interna; por no hablar del nuevo logo que más bien parece una señal de tráfico (solo le faltaría  que fuera rojo como es usual, aunque hay que reconocer que eso sería realmente fuerte) me tienen casi ganado para la causa verdadera; y ya para mí los dinerillos de Bárcenas, Granados o Matas, los regalitos de doña Rita, la ignorancia de Ana Mato, las amistades de Sonia Castedo, etc., etc., …  se están convirtiendo en un difuso y etéreo recuerdo.

Para terminar de convencerme solo espero de Su Oriental Majestad un último detalle: que me den el duro que en el pasado muchos caciques regalaban por su voto a tanto pobre analfabeto. Eso sí, yo quiero mi DURO, el euro para los griegos.
 
Fermín.

domingo, 5 de julio de 2015

EL ÓRDAGO DE TSIPRAS

Hoy se celebra el referéndum exprés convocado por Tsipras en un país que no sabía de referéndums desde que decidieron optar por la república y acabar con la monarquía. Lo ha hecho deprisa y corriendo y sin tiempo a que haya una campaña electoral razonable. Pero hay que reconocer que la situación es tan urgente  que no había tiempo para un debate más racional y sosegado.  Es posible que con el resultado de hoy se acabe de una vez por todas con la incertidumbre o, que es lo que temo, que ésta y la agonía griega se sigan prolongando en el tiempo.

Escuché en una ocasión al nuevo líder de IU, Alberto Garzón, decir que la economía no era una ciencia como la Física, que aunque empírica suele ser muy exacta en las previsiones de futuro, sino que es una ciencia social, por muchas matemáticas que utilicen, y por tanto sujeta a la ideología de cada experto. Es famosa la idea de que los economistas explican con gran precisión lo que ya ha sucedido pero que a la hora de prever el futuro no merecen tanta fiabilidad. Aunque hay que reconocer que con tanto economista, cada uno haciendo su particular previsión alguno tiene que acertar.

Quizá si volvemos la mirada a lo que ha sido la historia de la humanidad, aunque no deja de ser otra ciencia social, se pueda obtener alguna conclusión. Lo que ha movido al mundo históricamente han sido las relaciones de poder detrás de las cuales han estado los intereses económicos de los que realmente mandan. Muchos dicen que detrás de las guerras que se han producido a lo largo de la historia están las religiones. A mí más bien me da la impresión de que la religión solo es usada como instrumento para que los que manejan el cotarro puedan manipular adecuadamente a las masas en la defensa de sus intereses.

Entre las cuestiones históricas tenemos que la actual gran potencia europea, Alemania, no se convirtió en un Estado hasta el siglo XIX. Esto hizo que un gran país como el que llegó a convertirse no participara del reparto colonial que habían hecho las otras dos grandes potencias europeas de Occidente, Francia y Reino Unido. Archiduque mediante, la Primera Guerra Mundial tuvo su origen en que este país quería que le dieran un sitio en la esfera internacional que las otras potencias le negaban. A la Segunda, además de esta causa, se unió la hiperinflación que se produjo en ese país como consecuencia de las draconianas indemnizaciones impuestas por los vencedores  provocando el ascenso del nazismo.

Esta segunda derrota alemana unida al hecho de que los vencedores aprendieron de su error no imponiendo sanciones de nuevo y al desarrollo del armamento nuclear (por paradójico que pueda parecer esto último) nos ha garantizado a los europeos más de medio siglo de paz y prosperidad. Alemania incapaz de ganar las guerras (corría el riesgo de quedarse en Berlín y alrededores) ha demostrado que sí es capaz de ganar la paz.

El proceso de construcción europea, con el apoyo norteamericano ante el temor a la expansión soviética, parecía seguir una línea de una cada vez mayor integración. El surgimiento del euro podía tener explicaciones económicas al impulsar los intercambios comerciales en Europa,  ya que se  eliminaban  los costes y las incertidumbres en los tipos de cambio. Pero por otra parte tenía claras motivaciones políticas. Alemania y Francia veían la posibilidad de conseguir una divisa que compitiera con la dictadura del dólar (aunque ahora la “Grandeur” se vea  cada vez más como un comparsa). EE.UU., consciente del riesgo para su hegemonía, intentó torpedearlo desde el primer momento. Para ello sabe que siempre puede contar con el apoyo incondicional de  su submarino en la UE (Reino Unido),  que todavía tienen frescos los bombardeos alemanes sobre Londres.

Tsipras habrá prometido lo imposible pero tonto no es. Este referéndum es un órdago que tendrá sus consecuencias en función del resultado. Si gana el SÍ presentará  su dimisión por coherencia, convocará elecciones y Alemania habrá obtenido una victoria parcial. Se seguirá manteniendo a un país inviable económicamente, cuya base económica serían funcionarios y jubilados, sin un sistema productivo en condiciones, una fiscalidad  ineficaz, una Iglesia Ortodoxa (que se supone que está para salvar almas)  quizá porque no se fíen mucho no renuncian a sus privilegios terrenos (a su lado nuestra Iglesia está formada por indigentes), o unos desmesurados gastos militares de los que muchos quieren culpar a los griegos, cuando la responsabilidad es de las potencias que les venden el armamento (con EE.UU. a la cabeza). Si de verdad su pertenencia a la OTAN les garantizara su seguridad respecto a Turquía no gastarían tanto, por lo que hay que concluir que a mucho lobby armamentístico le interesa que se mantenga la situación. Además Grecia, sencillamente, no debió ser integrada en el euro, pero conviene dejar claro que el partido que falseó las cuentas fue el mismo que apoyó Rajoy en las últimas elecciones griegas y no Syriza. No pasaría  nada si  cada palo aguantara su vela y reconociera su responsabilidad. El FMI ya ha emitido un informe donde deja claro que no queda otra salida que una quita y darles un período de gracia de otros 20 años. Cuando un organismo tan poco sospechoso de marxista da ese informe  solo se puede concluir diciendo que el pozo seguirá sin tocar fondo y continuarán los parches.

Es tanto lo que hay en juego que no recuerdo que en un proceso electoral interno de un país tan pequeño hicieran campaña electoral desde tantos países extranjeros. Y es que como gane el NO a muchos les va a doler la cabeza. Y no solo por las pesadillas nocturnas de Rajoy con el espectro de Iglesias. Cualquiera con dos dedos de frente puede darse cuenta que la preocupación de Merkel no es el bienestar del pueblo griego al que ya habían llevado a la desesperación, sino el futuro del euro. Aunque me contradiga en parte sobre mi escepticismo ante los economistas, me creo a la estrella  del momento (Piketty) cuando dice que la salida de Grecia del euro supondría el principio del fin de la moneda única. Habría que modificar los tratados y abrir la posibilidad de que un país pudiera salir del euro. Esto supondría que mañana fuera Grecia, pero más adelante (si no a corto, sí a medio, largo plazo) cuando surjan nuevas turbulencias económicas, podrían salir Portugal, España, Italia, cualquiera de los países pequeños que se han incorporado y ya puestos hasta Francia. Solo quedaría el núcleo duro del área germana como Holanda, Austria, quizá Bélgica y pocos más. En definitiva, sería la tercera derrota alemana ante los anglosajones (sin un sólo disparo) y no creo que Merkel lo acepte. Alemania posee un poder real en la Eurozona (y por ende la UE) muy superior al que le correspondería no ya por demografía, sino  por PIB y el euro le permite tratar de tú a tú a Obama. La diosa alemana apretará y apretará pero sería piadosa y no creo que llegue a ahogar. Por tanto mantengo  que Tsipras estará ante su último cartucho, pero no es tonto.

Concluir diciendo que la victoria de Tsipras se produjo por la incapacidad de sus anteriores dirigentes y la presión de Europa (léase Alemania) que en sus exigencias llevó al pueblo griego al límite. Llevar a los pueblos al límite tiene estas consecuencias y algo saben los alemanes de ello. El hombre no es que sea el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, es que lo hace una vez tras otra y nunca aprende.
 
Fermín.