El hecho de
que sea realmente difícil que la virtud esté en los extremos no justifica
tampoco la equidistancia. Y en el contencioso catalán tengo claro que el
principal responsable es Artur Mas y el presidente de gobierno que menos
responsabilidad tiene para que se haya llegado a esta situación de los que
hemos tenido hasta ahora se llama Mariano Rajoy, a pesar del concepto que tengo
de este brillante opositor que explicaré más adelante. Como no es cuestión de
repetirse ya escribí en su momento algo al respecto:
Lógicamente
cuando escribí aquello yo pensaba que este espécimen estaba en sus cabales,
pero después de ver el espectáculo del pasado domingo donde después de obtener
los apoyos que ponen título a este texto (Sumando todos los independentistas
del más variopinto pelaje ideológico parece que son los que van a todos los
fregaos y alguno más que se haya incorporado, lo previsible. Y después cuando
muchos de ellos dicen que se alegra de que la participación haya sido alta
pensaría que se trata de un marciano, si no fuera porque comprendo que se trata
de la clásica hipocresía de los políticos. Realmente lo que les hubiera
interesado es una menor participación para conseguir su propósito, que de
momento se ha neutralizado en parte, por los que veían -y ya se sabe que
normalmente en Cataluña la participación es por sistema bastante inferior
en las autonómicas que en las generales-
que este ente podía conducirnos a todos, empezando por ellos, a una verdadera
catástrofe) dónde se le veía reír, aplaudir, parecía en estado de éxtasis, que
levitaba, etc. Todo un verdadero espectáculo surrealista en definitiva.
Afortunadamente hoy ya he conseguido dejar de reírme y estoy escribiendo esto.
Mi conclusión sobre esta cosa es que nos encontramos ante una mente realmente
compleja, impredecible y extravagante, y por tanto difícil de analizar. Como
sobre esta extraña criatura ya llevo hasta un verdadero tratado para intentar
descifrarlo me limito a dejar los enlaces (además del anterior) y el que tenga
paciencia que los lea:
Mi opinión
es que estaba simulando y que iba en busca de la pela, pero comprenderlo
realmente sería tarea del mejor Nobel en Psicología que se hubiera dado o se
dé, en el caso de que existiera tal premio.
Por supuesto
el hecho de que considere al elemento en cuestión como el principal
responsable, no quiere decir que sea el único precisamente. Podríamos empezar
desde la plebe donde existen españoles que parece que no comprenden que lo más
normal es que las personas se expresen en la lengua con la que se sienten más
cómodos y ésta suele ser la materna (y por ello no hay que llamarlos polacos).
Hay otros que, aunque se dan cuenta que si no se les habla en español su
interlocutor no lo comprende, se mantienen en sus trece y no cambian de idioma
sencillamente porque no quieren y no tienen
la más mínima educación. A pesar de ello pensaba, y sigo pensando, que
en ambos casos son una minoría, y aunque tampoco me he puesto a contarlos también hay que comprender que hay más
españoles no catalanes que catalanes.
De momento,
por si ya no estaba claro, el ser en
cuestión ha partido a su propia sociedad en dos, para simplificar. Y cuando
ahora te encuentras que el debate para muchos está en quien tiene la mayoría
absoluta (y que yo sepa no la tiene ninguno)
o quien no la tiene; o quien tiene el 48% y quien el 52%, etc.,
etc., te das cuenta que lo que tratan es
de imponer y no de buscar una solución dialogada de una vez por todas.
Yo,
particularmente, soy partidario de que los plebeyos tengamos mayor capacidad de
participar en la res pública, y tener mayores facilidades para la convocatoria
de referendos es una de ellas. Pero los catalanes debieran comprender también
que en este caso solo se conseguiría dar más mora al problema y no es la
solución. Y la respuesta la tienen en su mitificado Quebec. Creo que ya han perdido dos, en cuanto vean
alguna posibilidad convocan otro y esto es el cuento de las habas que nunca se
acaba (o si se acaba, lógicamente, es cuando alcancen su propósito).
La solución
por tanto debe ser política y el problema es que si políticos más capaces
(Pujol después de lo que se conoce prefiero no mencionarlo) como Suárez (que
bastante consiguió con dejar nuestra democracia medianamente encauzada) o Felipe
que para conseguir la gobernabilidad del país empezó con cesiones (que si se
hubiesen tenido que hacer, debiera haberlas hecho de otra forma) no lo
consiguieron, con los que disfrutamos actualmente lo veo prácticamente
imposible. Y a continuación me explico al respecto.
Nuestro
presidente de gobierno, por mucho que destaque mi entrañable Marhuenda sus
extraordinarias capacidades, demostró en una reciente entrevista concedida a
Alsina para Onda Cero, que no es solo que tenga menos reflejos que Casillas en
el pasado Mundial, sino que desconocía cuestiones tan básicas como el hecho de
que no se puede desposeer de la nacionalidad española a un español de
nacimiento a no ser que él así lo desee. Y para esto no es necesario saber
tanto de Derecho como algunos dicen que sabe. Basta con aplicar el sentido
común para comprender que no se puede convertir (al menos en una democracia) en
apátrida a un ciudadano tan fácilmente
como él entendía. Y algunas otras lagunas en las que ya no me extiendo.
Esto unido a lo que escribí en “El esperpento ibérico” (cuyo enlace figura más
arriba) me hace temer que ya no sabemos ni quien nos gobierna. Porque cuando lo
escucho en ocasiones en el Congreso parece un papagayo que cuenta lo que ha
memorizado (o le han dicho que memorice) y ya de ahí no sale.
Si éste
señor es la cúpula del país, ¿qué podemos esperar de los que estamos por
debajo?
Pues sin
salirme de este maravilloso partido tenemos que la oposición la tienen ya
dentro. Un ex presidente (de lo más mediocre, dicho sea de paso) que parece que
no acepta que él ya no manda, aunque que si mandaba sobre el que se supone que
manda ahora. Mi querido Aznarín debiera comprender que a veces hay que elegir
entre mangonear o forrarse, pero quizá las dos cosas a la vez no pueden ser. O
una señora, como decía no recuerdo quién, “de cuyo nombre no quiero acordarme”,
que dijo lo que dijo por dos veces con rotundidad en “La Sexta Noche” y al día siguiente ya estaba desmintiéndolo.
Mejor hubiera sido que se hubiera escondido debajo de una piedra hasta que
pasara el temporal para volver a asomar la cabeza. Esta individua no sé si
piensa que los demás tenemos su “inteligencia” y no nos damos cuenta que lo
dijo independientemente de que las palabras textuales fueran otras. Pero ahí
que continua ella, de concejala, hoy queriendo apoyar a uno, mañana al
contrario, etc., etc... Y lo peor es que todavía hay quienes la defienden. En
fin en este caso lo mejor es aplicar aquello que decimos en el sur (al menos)
cuando nos preguntan a qué vuelta se cae un perro. La respuesta es que a la
última. Y por tanto ya llegará, ya llegará,...
El partido
que dice que es el principal de la oposición para llegar algún día a parecerse
a lo que fueron, debieran empezar por aclarar el cacao que tienen montado en su
propio seno. Y podrían empezar por dejar meridianamente clara, de una vez por
todas, su relación con el PSC. Ahí dejo otro enlace que ya escribí en su
momento:
Y cuando lo hagan
que nos expliquen a los demás en que consiste eso del “federalismo asimétrico”.
España tiene mucha historia (aunque hay otros que tienen aún más); hemos sido
provincia romana, ha habido reinos diversos, condados, taifas, moros y
cristianos, etc., etc... Pero federal solo lo fue de alguna manera durante la I
República que acabó antes de que empezara. Que existan en otros países como
EE.UU. o Argentina que surgieron como todos sabemos es más comprensible. O en
Alemania, que se unificó en el XIX, y donde los norteamericanos prácticamente
lo impusieron para evitar una excesiva concentración de poder en ese país
después de la que organizó el amiguete Adolf. Pero cuando ponen el adjetivo asimétrico (para dar
satisfacción a los independentistas) debieran explicarlo con mayor claridad
aún, dado que así por encima parece que los que van de solidarios entre los
españoles pretenden acentuar la insolidaridad interterritorial. Porque esto
parece el mundo al revés, o es que están mal de la azotea y quieren que el resto
acabemos como ellos.
Ahora hemos
descubierto que la gran esperanza blanca se llama Ciudadanos habida cuenta el
éxito obtenido en Cataluña, pero o yo estoy equivocado o es que Cataluña es
Cataluña y España es algo más grande. Como ya también escribí en su momento
algo al respecto ahí dejo otros dos enlaces:
Ciudadanos
es un partido donde existe gente joven con propuestas muy razonables, que se
pueden discutir, y compartir o no en mayor o menor medida. Ayer particularmente
Inés Arrimadas, en “La Sexta Noche”, demostró que encima de sus hombros además
de una bella cara tiene una cabeza muy bien amueblada. Lástima que el Mundo en
una fotografía insólita nos privara de tan hermoso rostro y solo nos mostrara
su no menos destacable cuerpo (aunque sin cabeza). Pero no tienen ni
estructuras, ni candidatos suficientes y
medianamente solventes en el resto del país. Además no dejaban de largar las condiciones en que iban a
apoyar al PP y en una reciente portada en “El País” leí algo sobre su
disposición a apostar por el PSOE. No sé si todavía están a tiempo y aprovechan
que están en la cresta de la ola o las tienen claras. Máxime cuando el aparato
mediático propepero le está viendo las orejas al lobo y ha puesto en marcha su
maquinaria una vez que ya les ha hecho el servicio en Cataluña.
Lo de
Podemos por si ya no estaba claro se ha confirmado. Es comprensible que en
Ciudadanos, aunque se dediquen a la política, son jóvenes y por tanto bisoños.
Pero por una vez, y espero que no sea un precedente, coincido con mi admirado
Paquito. Yo ya suponía que Políticas no era precisamente Ingeniería de Caminos,
pero como se les observaba cierto discurso, hay tanto doctor en esa ciencia, y
alguno que otro parece que la nota más baja que obtenía era matrícula de honor
esperaba que no cometieran tanto error estratégico como han cometido. Pero
cuando yerran en algo que conocen hasta los más ancianos como es aquello de que
“el que mucho abarca poco aprieta” no me duelen prendas en darle la razón a
Marhuenda. En esa facultad se debe estudiar poco o casi nada, cuantas más veces
y más alto se diga Lenin más se asciende. Empezarán por ser profesores
asociados, cuando algún catedrático vea que alguno grita Lenin con más fervor
que el resto lo hace profesor titular, así se conseguirán las cátedras, después
el decanato y como para el rectorado no tendrán votos al que grite Stalin con
más convencimiento, pues dan un golpe de
Complutense y lo hacen rector, que es como los mencionados entendían la
democracia. Por tanto Podemos se irá diluyendo poco a poco como un azucarillo.
Para
encontrar algo de coherencia hay que irse a IU, lo que sucede es que estos
señores no evolucionan y parecen
anclados en el siglo XIX. Además su líder, Garzón, aunque tiene nivel es joven
y está en la idea de que la política son matemáticas (que de eso parece que se estudia en Económicas),
y pretende formar un frente a la izquierda del PSOE. Quizá debiera saber que en
las “matemáticas” políticas dos más dos pueden ser cuatro, seis, uno, etc., y
eso depende de muchos factores. En cualquier caso es una formación sólida que
tiene la base del PCE, y tendrá continuidad en el futuro con sus altibajos y
con un techo que al no evolucionar difícilmente superarán.
Otro
político con seso es Urkullu, pero para este señor su concepto de país es mucho
más pequeño que para la mayoría de los españoles. Procura simplemente que no le
toquen sus privilegios, lanza la caña por si queda algo que todavía no haya
pescado, de vez en cuando le ordena a alguno de sus voceros que diga alguna
cosita no sea que alguien en Madrid se atreva a tocarle lo que ya tienen, etc.,
etc… Y yo además incluso añadiría que,
por mucho que reivindiquen, al PNV tampoco le interesa mucho su unión con
Navarra, ya que este hecho haría que este partido perdiera más influencia aún
en aquellos territorios.
Visto lo
visto el panorama político que tenemos da miedo, pero como soy de la opinión de
que en democracia, al menos en teoría, cada pueblo tiene los dirigentes que
merece no pasa nada por bajar en el estrato social.
En este país
hay muchos medios que más que de comunicación son de manipulación.
Particularmente a mí me gusta que existan medios que abarquen todo el espectro
político con la mayor amplitud posible. Pero creo que la diferencia entre
defender una posición política determinada y unas siglas políticas determinadas
es evidente. Por tanto cuando algunos señores (que no creo que sea necesario
que nombre) quieren hacerme creer que lo blanco es negro en tanto su rostro se
va encarnando no sé si piensa que soy tonto, que me quiere volver loco, que es
él el que está mal de la perola es él, o lo que creo y estoy casi seguro, que
se trata de un periodista, pero periodista orgánico.
El ejemplo
de la portada de “El Mundo” con Inés Arribadas descabezada y de fondo
difuminada la fotografía del rostro de Rivera,
por mucho que digan, yo no la considero precisamente machista (aunque
algo habrá de ello) sino que su intencionalidad es intentar desprestigiar a
Rivera mostrándolo como un líder que no se atreve a dar la cara y se esconde
detrás de una mujer sin cabeza. Esta ausencia de cabeza si va en el sentido de
ningunear e ignorar a Arribadas. Esto muestra el nerviosismo pepero, pero creo
que o Ciudadanos es listo para reaccionar o los diluyen poco a poco.
Aunque la
verdadera responsabilidad en última instancia recae en nosotros, los plebeyos.
Imagino que en la mayoría de los países hay personas que consideran que la
política es una religión, pero me extraña que abunden tantos como los que hay
en el nuestro (quizá sea que nuestra democracia no sea tan madura como otras,
el recuerdo todavía de la Guerra Civil o qué sé yo).
Parece que
cuando escuchan al clérigo-liderete mientras suelta el sermón quedan
obnubilados y eclipsados ante la brillantez con que se expresa el religioso.
Esta circunstancia la aprovechan algunos de sus acólitos para registrar los
bolsillos de los feligreses mientras ellos están extasiados. Pero ya se sabe
que eso del fuego eterno da terror de solo imaginarlo y yo en cuestiones de
religión prefiero respetar las diferentes creencias. Al no ser creyente
prefiero meterme las manos antes firmemente en los bolsillos, escuchar con
atención a los liderillos y como sé que de ninguno puedo esperar gran cosa y
aun así debo votar, pues lo hago a aquél que menos malo me parezca según los
comicios de que se trate. Porque lo que sí tengo claro, y no desde ahora, sino
desde hace mucho tiempo es que mi minúscula papeleta es mía y de nadie más.
Visto el
panorama y habida cuenta que ya Marte me parece demasiado cercano para probar
fortuna fuera de la Celtiberia como pensaba la pasada semana, me estoy
planteando otros horizontes.
Para la
ciencia, a diferencia de la religión, no existen verdades absolutas. Así como
Einstein dejó la física newtoniana como una cuasi perfecta aproximación para
distancias muy pequeñas (en términos astronómicos) y se estableció la velocidad
de la luz como una limitación insuperable, que no permite moverse prácticamente
a los caducos humanos de la química del carbono, cualquier día surge otro genio
de la Física que ofrece alguna alternativa diferente. Recuerdo que en una
novela, Isaac Asimov (físico que era) planteaba (aunque era ciencia ficción) lo
que denominó “salto interespacial” o algo parecido (además sin que el cuerpo
prácticamente lo notara) que permitía viajar en el espacio-tiempo de forma casi
instantánea. En ese caso me monto en mi nave y me paseo por el Universo de
salto en salto por si topo con esas extraordinarias inteligencias que pudieran
existir y no me quieran desayunar. Porque el panorama que por aquí se observa
llega a asustar.
Comprendo
que el que se lea esto (incluso sin incluir los enlaces) debe disponer de
tiempo y una paciencia infinita, pero asimismo reconozco mi incapacidad de
aunar el análisis que pretendía y una mayor síntesis.
Por tanto
pido disculpas a la mayoría, lo agradezco al que lo haga y hasta que regrese
del Extrauniverso,
Bye, bye,
Fermín.
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