domingo, 30 de noviembre de 2014
EL PARÁSITO LLANITO
En el Tratado de Utrecht se establecieron entre otros puntos la cesión de Gibraltar y Menorca al Reino Unido. Se establecieron una serie de condiciones, en el caso de Gibraltar, como que las aguas territoriales no irían más allá del alcance de un cañón de la época o el hecho de que sus pobladores no podrían acceder a territorio español por vía terrestre. Además no entraba dentro de su territorio el istmo que une el Peñón con la península. Se lo apropiaron los británicos en la segunda mitad del siglo XIX y construyeron su aeropuerto durante la II Guerra Mundial.
El Reino Unido no lo devolverá por razones estratégico-militares así como por el orgullo del pueblo británico que no ha mucho perdió su imperio. Los británicos en un principio se escudaron en el régimen dictatorial de nuestro país y ahora se justifican alegando el derecho a decidir del pueblo gibraltareño. Curiosamente en el caso de Hong Kong, a finales del pasado siglo, Margaret Thatcher devolvió la colonia a China sin tener tantos miramientos democráticos. Lo justificaron con el argumento de que el contrato de arrendamiento de parte, no de toda, la colonia vencía en 1.997. Extraño argumento para un país que en el caso de Gibraltar vulnera sistemáticamente los acuerdos. Evidentemente la causa fue que de producirse, la ocupación de Hong Kong por el ejército más numeroso del mundo y potencia nuclear, no sería la ocupación argentina de las Malvinas. Así que optaron por una salida lo más digna posible y devolvieron lo que estaban legalmente obligados a hacer y lo que no estaban.
La recuperación de Menorca por España se produjo militarmente y la de Gibraltar se conseguirá cuando, ya que corren tiempos más civilizados, el potencial militar de nuestro país sea digno de respeto por los británicos. Circunstancia ésta de la que no se vislumbra el más mínimo atisbo.
Nuestro país en un vano intento por ganarse a los gibraltareños y conseguir convencer al Reino Unido ha hecho innumerables concesiones sin apenas contrapartidas. La apertura de la Verja en 1.982 supuso para Gibraltar, que se encontraba en una situación de empobrecimiento y mantenidos por la metrópoli, un enorme empuje económico que ha hecho que en la actualidad su renta per cápita sea la tercera del mundo. Tanto auge económico no se debe tanto a la capacidad de los llanitos como a las enormes ventajas que les supone su mínima fiscalidad unida a la libertad con la que pueden operar en nuestro país.
Debemos de dejarnos de patrioterismos baratos y actuar con pragmatismo. Gibraltar territorialmente no deja de ser más que un peñasco, pero un peñasco que nos causa graves perjuicios económicos, particularmente a Andalucía. Gibraltar tiene registradas más de 20.000 empresas (algo incomprensible para una población de 30.000 habitantes) que apenas si tributan, y que son utilizadas para eludir impuestos fundamentalmente desde España; son propietarios de más de 20.000 inmuebles en España, principalmente en el territorio circundante, por los que no pagan impuestos municipales ni impuesto de sucesiones, al comprar las viviendas a través de sociedades radicadas en la roca; circulan con sus automóviles libremente por La Línea y el Campo de Gibraltar y no pagan el IMVTM, ya que están matriculados en Gibraltar (donde maniobrar con un vehículo supondría despeñarse por el Estrecho); no pagan IVA como el resto de ciudadanos de la UE; se benefician de nuestra sanidad pública (Cameron ahora quiere limitar derechos a los inmigrantes comunitarios); cerca de 7.000 gibraltareños viven en nuestro país y no tributan por IRPF ya que su domicilio fiscal está en la Roca; el contrabando de tabaco nos supone un fuerte deterioro de ingresos; etc. Y como agradecimiento toman medidas como la de impedir que nuestros pescadores faenen en unas aguas que no está tan claro que les pertenezca. Las ventajas económicas que supuestamente suponen para el Campo de Gibraltar no compensan en absoluto el cáncer que supone para nuestra economía (especialmente la andaluza).
Debemos adoptar con ellos una línea más dura. Hay que tener en cuenta que Gibraltar solo tienen reservas de agua potable para 15 días; están muy limitados en cuanto a producción eléctrica; sus suministros de alimentos de las Islas Británicas ocasionan problemas de escasez en los supermercados; en cuanto a telecomunicaciones (aunque intentan independizarse en este aspecto) dependen de nuestro país; si la mano de obra que necesitan no procediera de nuestro país no podrían alojarla; su economía depende mucho más de nuestro país que de su metrópoli; etc. Creo que todas son razones más que suficientes para conseguir que modifiquen sustancialmente su comportamiento y exigirles que dejen de comportarse como un paraíso fiscal, que es lo que son de hecho.
Es muy respetable el derecho a la independencia de todos los pueblos (hasta de Gibraltar), pero dicha independencia debe producirse con todas sus consecuencias. No siguiendo la teoría de que soy independiente para lo que me interesa y no para lo que no me interesa serlo.
Fermín.
domingo, 23 de noviembre de 2014
FINANCIACIÓN PÚBLICA VS FINANCIACIÓN PRIVADA
La aprobación de la Constitución de 1.978 reconoció la importancia en
la vertebración de la sociedad de partidos políticos, sindicatos y
asociaciones empresariales en los artículos 6 y 7 de la misma
imponiendoles, además, una organización democrática. En el primer caso
lo estableció como instrumento fundamental de participación política y
en el caso de sindicatos y asociaciones empresariales como elementos de
defensa de sus propios intereses.
A pesar de su inclusión explícita en el texto constitucional de todas estas formas de organización social es evidente la diferencia entre el concepto de participación política y defensa de intereses económicos o sociales. A pesar de ello todas estas organizaciones gozan del derecho de la financiación pública cuando consiguen unos determinados niveles de representación.
Se debería diferenciar entre ambas situaciones. Los trabajadores tienen reconocido entre los derechos fundamentales, que gozan de especial protección, en el artículo 28 de la CE los derechos de sindicación y huelga. Por tanto los trabajadores tienen instrumentos para defender sus legítimos intereses y solo es cuestión de ellos el ejercerlos. Si en ocasiones su desunión permite los abusos empresariales y de los legisladores deben asumirlo. Por tanto una cosa es tener derecho de sindicación y de fundación de organizaciones sindicales y otra que se tengan que financiar con recursos públicos. Cada cual debiera hacerse cargo del coste de la defensa de sus intereses.
Habida cuenta de su mayor vulnerabilidad podría tener alguna explicación las aportaciones públicas a los sindicatos, pero ya resulta del todo inadmisible que hasta la CEOE también tenga financiación pública (probablemente por algún extraño mimetismo). Además teniendo en cuenta no solo las subvenciones que reciben sino también las deducciones de las que gozan, la aportación pública a la patronal llega a superar la de los sindicatos.
Consideración diferente sería la de las formaciones políticas. Es cierto que resulta bastante liberal la idea de que se financie con las cuotas de los militantes, pero mi escasa experiencia política me llevó al conocimiento de que, a no ser que las aportaciones fueran realmente importantes, con la misma no alcanzaría ni para los folios. En cambio también fui consciente de que con las aportaciones públicas y una gestión austera (sin llegar a unos límites excesivos) podría ser suficiente.
Permitir las aportaciones de cantidades de dinero a los partidos más allá de unas cifras modestas, aunque fueran transparentes, pervierte la democracia, ya que lógicamente estas cantidades solo están al alcance de determinados niveles económicos. Sería ingenuo pensar que una gran empresa ofrece una cantidad a un partido político altruistamente y sin esperar nada a cambio. Se debe considerar una inversión a incluir en sus balances. Ejemplo lo tenemos en los propios EE.UU. donde la financiación privada provoca que el candidato que es elegido se deba más al que financia la campaña, que a sus electores. Todo ello sin hablar de la influencia de los lobbies, no solo en EE.UU. sino también en Europa, aunque en menor medida.
Por tanto en la actual situación de crisis y de elevado déficit público en el que nos encontramos sería conveniente reducir hasta eliminar las aportaciones públicas a los llamados agentes sociales y permitirlas de forma moderada a los partidos políticos. En estos además no se debería permitir donaciones privadas, aunque fueran de conocimiento público, más allá de unas cantidades bastante moderadas. Todo ello con el fin de que las formaciones políticas pudieran optar a alcanzar el poder si no en igualdad de condiciones, al menos con algún equilibrio.
Una cosa es mantener unas estructuras en los partidos razonables y otra sostener a una gran cantidad de funcionarios de partido, de sobresueldos (aunque sean legales) y de gastos suntuarios (a incluir francachelas, fiestas, marisco, contrataciones de figuras de la música en las campañas, etc.). Es comprensible que determinados cargos públicos tengan unos emolumentos dignos, diferente es que se entienda el servicio público como una actividad de enriquecimiento personal. El que así lo haga podría dedicarse a la actividad privada, para la que estarían bastante cualificados, ya que nadie es imprescindible, y en esto de la política no escasean las vocaciones de otras personas que los podrían sustituir con parecidas capacidades.
Prefiero creer en la buena voluntad de los partidos y no hablar de sobres de dinero negro, comisiones ilegales y demás actividades que todavía no se hayan demostrado en sentencia judicial firme.
A pesar de su inclusión explícita en el texto constitucional de todas estas formas de organización social es evidente la diferencia entre el concepto de participación política y defensa de intereses económicos o sociales. A pesar de ello todas estas organizaciones gozan del derecho de la financiación pública cuando consiguen unos determinados niveles de representación.
Se debería diferenciar entre ambas situaciones. Los trabajadores tienen reconocido entre los derechos fundamentales, que gozan de especial protección, en el artículo 28 de la CE los derechos de sindicación y huelga. Por tanto los trabajadores tienen instrumentos para defender sus legítimos intereses y solo es cuestión de ellos el ejercerlos. Si en ocasiones su desunión permite los abusos empresariales y de los legisladores deben asumirlo. Por tanto una cosa es tener derecho de sindicación y de fundación de organizaciones sindicales y otra que se tengan que financiar con recursos públicos. Cada cual debiera hacerse cargo del coste de la defensa de sus intereses.
Habida cuenta de su mayor vulnerabilidad podría tener alguna explicación las aportaciones públicas a los sindicatos, pero ya resulta del todo inadmisible que hasta la CEOE también tenga financiación pública (probablemente por algún extraño mimetismo). Además teniendo en cuenta no solo las subvenciones que reciben sino también las deducciones de las que gozan, la aportación pública a la patronal llega a superar la de los sindicatos.
Consideración diferente sería la de las formaciones políticas. Es cierto que resulta bastante liberal la idea de que se financie con las cuotas de los militantes, pero mi escasa experiencia política me llevó al conocimiento de que, a no ser que las aportaciones fueran realmente importantes, con la misma no alcanzaría ni para los folios. En cambio también fui consciente de que con las aportaciones públicas y una gestión austera (sin llegar a unos límites excesivos) podría ser suficiente.
Permitir las aportaciones de cantidades de dinero a los partidos más allá de unas cifras modestas, aunque fueran transparentes, pervierte la democracia, ya que lógicamente estas cantidades solo están al alcance de determinados niveles económicos. Sería ingenuo pensar que una gran empresa ofrece una cantidad a un partido político altruistamente y sin esperar nada a cambio. Se debe considerar una inversión a incluir en sus balances. Ejemplo lo tenemos en los propios EE.UU. donde la financiación privada provoca que el candidato que es elegido se deba más al que financia la campaña, que a sus electores. Todo ello sin hablar de la influencia de los lobbies, no solo en EE.UU. sino también en Europa, aunque en menor medida.
Por tanto en la actual situación de crisis y de elevado déficit público en el que nos encontramos sería conveniente reducir hasta eliminar las aportaciones públicas a los llamados agentes sociales y permitirlas de forma moderada a los partidos políticos. En estos además no se debería permitir donaciones privadas, aunque fueran de conocimiento público, más allá de unas cantidades bastante moderadas. Todo ello con el fin de que las formaciones políticas pudieran optar a alcanzar el poder si no en igualdad de condiciones, al menos con algún equilibrio.
Una cosa es mantener unas estructuras en los partidos razonables y otra sostener a una gran cantidad de funcionarios de partido, de sobresueldos (aunque sean legales) y de gastos suntuarios (a incluir francachelas, fiestas, marisco, contrataciones de figuras de la música en las campañas, etc.). Es comprensible que determinados cargos públicos tengan unos emolumentos dignos, diferente es que se entienda el servicio público como una actividad de enriquecimiento personal. El que así lo haga podría dedicarse a la actividad privada, para la que estarían bastante cualificados, ya que nadie es imprescindible, y en esto de la política no escasean las vocaciones de otras personas que los podrían sustituir con parecidas capacidades.
Prefiero creer en la buena voluntad de los partidos y no hablar de sobres de dinero negro, comisiones ilegales y demás actividades que todavía no se hayan demostrado en sentencia judicial firme.
Fermín.
domingo, 16 de noviembre de 2014
ALELUYA, POR FIN LLEGÓ EL MESÍAS, ALELUYA
El oprimido e históricamente perseguido pueblo judío no estaba
equivocado. Jesús era un impostor, había que seguir esperando. Sin
embargo desconocían toda la verdad. El pueblo elegido realmente era el
pueblo catalán. Acertaron en la cuestión temporal, no así en la
espacial.
El pasado domingo se produjo el advenimiento. Lo crucial no fue la entrada de Jesús en Jerusalén sino el proceso participativo catalán. El Verdadero Mesías nos dio a conocer la Verdadera Religión. Su único dogma: el derecho a decidir; la expresión de su fe, su forma de orar: el voto. Más de 1,8 millones de almas se convirtieron a la Verdadera Fe. Pero el estado policial impuesto por el tirano opresor impidió que muchos otros lo hicieran. Teniendo en cuenta que más de 5,4 millones expresaron su voluntad de adherirse, hay que pensar que solo el terror les impidió hacerlo.
La fiesta religiosa fue grandiosa. Fue un bellísimo espectáculo. A pesar de que el Mesías advirtió que rezar más de una vez era pecado mortal, el fervor religioso era tal que más de un acólito emitió una, dos, tres, ... plegarias. El recuento de oraciones demostró que no había diferencias entre hermanos en la fe. Que placer ocasionaba observar como el Primer Apóstol (Junqueras) participaba del recuento como uno más.
Este Mesías sí es verdaderamente misericordioso. El falso imponía terribles penitencias para otorgar el perdón. Los pecadores que hayan sobornado, cobrado comisiones ilegales, evadido capitales a paraísos fiscales, ... serán perdonados, sin la penitencia de devolver lo que honradamente hayan conseguido afanar. Solo han de convertirse a la Verdadera Fe.
La Verdadera Religión se expandirá siguiendo una curva exponencial. Los cerca de dos millones de nuevos acólitos visitarán domicilio por domicilio a los que dudan y el número de conversiones se multiplicará.
El Mesías no dudará en aplicar el verdadero dogma. Todos podrán decidir. Barcelona, Badalona, Santa Coloma,.. podrán, si quieren, permanecer con los orcos, aunque se equivocarán. Si el Valle de Arán quiere volar solo, como no lo ha de permitir. El dogma se aplicará hasta las últimas consecuencias. La libertad que ansiaba la humanidad nos la proporciona la Creencia Verdadera. El Paraíso será en verdad terrenal.
La generosidad del Mesías es tal que no distingue de razas, creencias, pueblos, nacionalidades a la hora de otorgar el derecho a orar. Permite a todos hacerlo. Esto provocará que, habida cuenta de la velocidad de expansión de la Creencia Verdadera, 1.000, 2.000, 4.000, 7.000 millones de personas acudirán en masa a la Tierra Prometida para ejercerlo. Ya no habrá desheredados. Y no hay que preocuparse, si un falso mesías es capaz de multiplicar panes y peces, el Verdadero logrará que ninguno se despeñe al Mediterráneo.
A pesar de su apariencia humaniforme hay detalles que evidencian fehacientemente Su Divinidad. Ese porte, elegancia, atractivo, prestancia, sonrisa beatífica, tocado con modernas gafas de diseño lo confirman. Tanta perfección no es humana. No camina, levita. Su iluminación se refleja en su rostro. Expresa éxtasis, misticismo. Para Él el desempleo, la pobreza energética, los desahucios, … son minucias que no están a su altura. Él no viene a solucionar los problemas terrenales. En esto coincide con el falso, Su Reino no es de este mundo, Él está en otra dimensión. Como coincido con Pep. ¡También es mi Hombre! Perdón, ¡qué terrible blasfemia!, quería decir, ¡mi Mesías!.
A fecha de hoy, 7 de enero del año 1 de Dios Nuestro Nuevo Señor.
Aleluya, Aleluya, Aleluya,Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya,Aleluya. Aaaaaaaaleeeeeeeeeeeeluuuuuuuuuuyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
El pasado domingo se produjo el advenimiento. Lo crucial no fue la entrada de Jesús en Jerusalén sino el proceso participativo catalán. El Verdadero Mesías nos dio a conocer la Verdadera Religión. Su único dogma: el derecho a decidir; la expresión de su fe, su forma de orar: el voto. Más de 1,8 millones de almas se convirtieron a la Verdadera Fe. Pero el estado policial impuesto por el tirano opresor impidió que muchos otros lo hicieran. Teniendo en cuenta que más de 5,4 millones expresaron su voluntad de adherirse, hay que pensar que solo el terror les impidió hacerlo.
La fiesta religiosa fue grandiosa. Fue un bellísimo espectáculo. A pesar de que el Mesías advirtió que rezar más de una vez era pecado mortal, el fervor religioso era tal que más de un acólito emitió una, dos, tres, ... plegarias. El recuento de oraciones demostró que no había diferencias entre hermanos en la fe. Que placer ocasionaba observar como el Primer Apóstol (Junqueras) participaba del recuento como uno más.
Este Mesías sí es verdaderamente misericordioso. El falso imponía terribles penitencias para otorgar el perdón. Los pecadores que hayan sobornado, cobrado comisiones ilegales, evadido capitales a paraísos fiscales, ... serán perdonados, sin la penitencia de devolver lo que honradamente hayan conseguido afanar. Solo han de convertirse a la Verdadera Fe.
La Verdadera Religión se expandirá siguiendo una curva exponencial. Los cerca de dos millones de nuevos acólitos visitarán domicilio por domicilio a los que dudan y el número de conversiones se multiplicará.
El Mesías no dudará en aplicar el verdadero dogma. Todos podrán decidir. Barcelona, Badalona, Santa Coloma,.. podrán, si quieren, permanecer con los orcos, aunque se equivocarán. Si el Valle de Arán quiere volar solo, como no lo ha de permitir. El dogma se aplicará hasta las últimas consecuencias. La libertad que ansiaba la humanidad nos la proporciona la Creencia Verdadera. El Paraíso será en verdad terrenal.
La generosidad del Mesías es tal que no distingue de razas, creencias, pueblos, nacionalidades a la hora de otorgar el derecho a orar. Permite a todos hacerlo. Esto provocará que, habida cuenta de la velocidad de expansión de la Creencia Verdadera, 1.000, 2.000, 4.000, 7.000 millones de personas acudirán en masa a la Tierra Prometida para ejercerlo. Ya no habrá desheredados. Y no hay que preocuparse, si un falso mesías es capaz de multiplicar panes y peces, el Verdadero logrará que ninguno se despeñe al Mediterráneo.
A pesar de su apariencia humaniforme hay detalles que evidencian fehacientemente Su Divinidad. Ese porte, elegancia, atractivo, prestancia, sonrisa beatífica, tocado con modernas gafas de diseño lo confirman. Tanta perfección no es humana. No camina, levita. Su iluminación se refleja en su rostro. Expresa éxtasis, misticismo. Para Él el desempleo, la pobreza energética, los desahucios, … son minucias que no están a su altura. Él no viene a solucionar los problemas terrenales. En esto coincide con el falso, Su Reino no es de este mundo, Él está en otra dimensión. Como coincido con Pep. ¡También es mi Hombre! Perdón, ¡qué terrible blasfemia!, quería decir, ¡mi Mesías!.
A fecha de hoy, 7 de enero del año 1 de Dios Nuestro Nuevo Señor.
Aleluya, Aleluya, Aleluya,Aleluya, Aleluya, Aleluya, Aleluya,Aleluya. Aaaaaaaaleeeeeeeeeeeeluuuuuuuuuuyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Fermín.
domingo, 9 de noviembre de 2014
LA COSTILLA DE URDANGARÍN
Sabido es que Yahveh creó a Eva a partir de la costilla de Adán. Pero
no todas las costillas gozan de la misma calidad. En el caso que nos
ocupa obtener materia gris de un hueso del balonmanista Urdangarín es
tarea tan sumamente compleja que no lo consigue ni el mismo Dios.
A veces no se entiende como una jauría de ciudadanos descontentos están persiguiendo a la esposa de dicho señor con tanta saña, cuando no es más que un ser desvalido incapaz de comprender y razonar. Por suerte disponemos de un justo sistema judicial que vela por los derechos de los ciudadanos, especialmente de los más desfavorecidos y vulnerables. Nuestro gobierno no se queda a la zaga y también lucha contra la injusticia.
El fisco ya no es el ogro con que nos amenazaba Borrell. Este gobierno es más comprensivo y, con su amor a la libertad, evita que persiga a los ciudadanos. Porque hay que adaptarse a las características del contribuyente. Hay casos en los que si se presentan facturas falsas, ellos, tolerantes que son, entienden que en realidad son “falseadas”, que no es lo mismo. Una persona tan corta de luces como esta señora en ocasiones se puede equivocar. Puede presentar facturas “falseadas” por 747.000 €. Por esta módica cantidad nadie se preocupa en facturar correctamente. ¿Quién pide o emite factura por un chupa chups?
Lo que ocurre es que algunos jueces inquisidores como el juez Castro no son sensibles a la imbecilidad. No comprenden que una persona que trabaja en un banco es un idiota que no tiene unos mínimos conocimientos de fiscalidad. Caso diferente sería por ejemplo, un trabajador de la construcción o un jugador de balonmano, actividades que exigen mayor inteligencia y preparación.
Este inhumano juez sometió a dura tortura a la señora a la que formuló 400 preguntas que persona tan torpe respondía balbuceando: “No ... me ... a...cuer...do”. A una persona tan lela no se la puede tratar como a las demás.
Por suerte hay que agradecer que nuestra justicia no entienda de diferencias sociales. Caso paradigmático es el del anónimo, probo y humilde ciudadano Emilio Botín. Persona que no conocía de problemas con la justicia y que se vio envuelta en un enojoso asunto. Nuestro equilibrado sistema judicial (siempre en defensa de la igualdad de todos ante la ley) le debió proporcionar un eficaz abogado del turno de oficio, el cual (conocido es el desvelo con el que llevan a cabo su labor), consiguió que el Supremo archivara su caso, al considerar que con una simple acusación popular no era suficiente para llevarlo a juicio. Afortunadamente los tiempos de la Santa Inquisición pasaron a la historia.
Nuestro gobierno, identificado con la defensa de los más débiles, no puede permitir que se cometa una injusticia con persona tan incapaz y desvalida. Hacienda ha de ser comprensiva, la abogacía del Estado lo mismo y la fiscalía debe hacer prevalecer los principios de “legalidad” e “imparcialidad”. Lo que hace con todos los ciudadanos.
De momento la Audiencia de Palma no considera que haya cometido delito de blanqueo de capitales (solo dos delitos fiscales). Hay que corregir al hooligan Castro. A la esposa de Diego Torres, en cambio, se le mantiene esa imputación. Es evidente que el cretinismo de una no es comparable con la inteligencia de la otra.
El independiente periodista Paco Marhuenda ya titulaba ayer en su períodico que la Audiencia deja la exculpación de la mema en manos de la doctrina que lleva el nombre del mencionado Botín. Este riguroso periodista nos aclara constantemente que el Supremo está formado por los jueces de mejor currículo y mayores conocimientos. Es evidente que personas de tan amplia sabiduría legal encontrarán los argumentos jurídicos para impedir que se cometa una atrocidad con la ingenua. Ello sin caer en la torpeza de la prevaricación como les ha sucedido a jueces de más escasa preparación, entre ellos Garzón y Silva. Hoy el imparcial Marhuenda titula que la defensa de la imbécil, que ejerce el fiscal Pedro Horrach, estudia recurrir ante la Audiencia para no dejar en manos del criterio del malévolo Castro su enjuiciamiento.
Esperemos que tan loables intenciones de nuestro gobierno y el resto del aparato del Estado se puedan llevar a cabo y prevalezca la justicia. Esperemos que no afecte el exceso de producción de chacina que disfrutamos últimamente. Tanta excedente charcutero podría producir tan altos niveles de colesterol que obligaran al doctor Rajoy a combatirlo con un un tratamiento más agresivo, tratamiento que no distinguiera entre colesterol bueno (la necia) y colesterol malo. Lo que nadie desearía.
A veces no se entiende como una jauría de ciudadanos descontentos están persiguiendo a la esposa de dicho señor con tanta saña, cuando no es más que un ser desvalido incapaz de comprender y razonar. Por suerte disponemos de un justo sistema judicial que vela por los derechos de los ciudadanos, especialmente de los más desfavorecidos y vulnerables. Nuestro gobierno no se queda a la zaga y también lucha contra la injusticia.
El fisco ya no es el ogro con que nos amenazaba Borrell. Este gobierno es más comprensivo y, con su amor a la libertad, evita que persiga a los ciudadanos. Porque hay que adaptarse a las características del contribuyente. Hay casos en los que si se presentan facturas falsas, ellos, tolerantes que son, entienden que en realidad son “falseadas”, que no es lo mismo. Una persona tan corta de luces como esta señora en ocasiones se puede equivocar. Puede presentar facturas “falseadas” por 747.000 €. Por esta módica cantidad nadie se preocupa en facturar correctamente. ¿Quién pide o emite factura por un chupa chups?
Lo que ocurre es que algunos jueces inquisidores como el juez Castro no son sensibles a la imbecilidad. No comprenden que una persona que trabaja en un banco es un idiota que no tiene unos mínimos conocimientos de fiscalidad. Caso diferente sería por ejemplo, un trabajador de la construcción o un jugador de balonmano, actividades que exigen mayor inteligencia y preparación.
Este inhumano juez sometió a dura tortura a la señora a la que formuló 400 preguntas que persona tan torpe respondía balbuceando: “No ... me ... a...cuer...do”. A una persona tan lela no se la puede tratar como a las demás.
Por suerte hay que agradecer que nuestra justicia no entienda de diferencias sociales. Caso paradigmático es el del anónimo, probo y humilde ciudadano Emilio Botín. Persona que no conocía de problemas con la justicia y que se vio envuelta en un enojoso asunto. Nuestro equilibrado sistema judicial (siempre en defensa de la igualdad de todos ante la ley) le debió proporcionar un eficaz abogado del turno de oficio, el cual (conocido es el desvelo con el que llevan a cabo su labor), consiguió que el Supremo archivara su caso, al considerar que con una simple acusación popular no era suficiente para llevarlo a juicio. Afortunadamente los tiempos de la Santa Inquisición pasaron a la historia.
Nuestro gobierno, identificado con la defensa de los más débiles, no puede permitir que se cometa una injusticia con persona tan incapaz y desvalida. Hacienda ha de ser comprensiva, la abogacía del Estado lo mismo y la fiscalía debe hacer prevalecer los principios de “legalidad” e “imparcialidad”. Lo que hace con todos los ciudadanos.
De momento la Audiencia de Palma no considera que haya cometido delito de blanqueo de capitales (solo dos delitos fiscales). Hay que corregir al hooligan Castro. A la esposa de Diego Torres, en cambio, se le mantiene esa imputación. Es evidente que el cretinismo de una no es comparable con la inteligencia de la otra.
El independiente periodista Paco Marhuenda ya titulaba ayer en su períodico que la Audiencia deja la exculpación de la mema en manos de la doctrina que lleva el nombre del mencionado Botín. Este riguroso periodista nos aclara constantemente que el Supremo está formado por los jueces de mejor currículo y mayores conocimientos. Es evidente que personas de tan amplia sabiduría legal encontrarán los argumentos jurídicos para impedir que se cometa una atrocidad con la ingenua. Ello sin caer en la torpeza de la prevaricación como les ha sucedido a jueces de más escasa preparación, entre ellos Garzón y Silva. Hoy el imparcial Marhuenda titula que la defensa de la imbécil, que ejerce el fiscal Pedro Horrach, estudia recurrir ante la Audiencia para no dejar en manos del criterio del malévolo Castro su enjuiciamiento.
Esperemos que tan loables intenciones de nuestro gobierno y el resto del aparato del Estado se puedan llevar a cabo y prevalezca la justicia. Esperemos que no afecte el exceso de producción de chacina que disfrutamos últimamente. Tanta excedente charcutero podría producir tan altos niveles de colesterol que obligaran al doctor Rajoy a combatirlo con un un tratamiento más agresivo, tratamiento que no distinguiera entre colesterol bueno (la necia) y colesterol malo. Lo que nadie desearía.
Fermín.
domingo, 2 de noviembre de 2014
EL RECADERO DE BUSH
Corría el año 2.013 de nuestra era cuando el presidente más acomplejado
que hemos disfrutado recientemente, José María Aznar López, en adelante
Aznarín, pretendió situar a España en el lugar que “históricamente le
correspondía”.
Otro presidente de la misma brillantez, en este caso en EE.UU. , George Bush, en adelante Bushito, entendió que su nación debía cumplir el papel que la historia le había encomendado y debía librar a la humanidad de la amenaza de Saddam Hussein, que se estaba dedicando a fabricar armas de destrucción masiva.
Como sucede actualmente, España formaba parte del Consejo de Seguridad y Bushito, se lo soplaría algún asesor, pensó que España debía tener un gran ascendiente sobre la comunidad iberoamericana por lo que le interesaba de aliado. Bushito que sabía que no iba a poder sacar adelante una resolución del Consejo de Seguridad (se conocía la intención de vetarlo por Rusia, China y Francia), quería obtener una legitimidad moral para la intervención. Necesitaba al menos conseguir nueve votos favorables a la misma (número de votos necesarios para aprobar una resolución si no hubiera vetos) y se daba la circunstancia de que México y Chile también eran miembros temporales del club. Por tanto el César envió al Gobernador de Hispania a que convenciera a Lagos y Fox. Estos le dijeron, en lenguaje diplomático, que nasti de plasti y que cogiera el avión de vuelta. El ridículo de nuestro país, aunque los medios de la derecha consideraban que Aznarín era un gran estadista, fue mayúsculo. Aznarín da para relacionarse con Gadafi, no para más. Ni llegaron a presentar la propuesta de resolución al Consejo.
La intervención se produjo sin resolución y por ninguna parte aparecieron las terribles armas. Así nos lo hizo saber, entre sonrisas, Bushito. La CIA ha tenido a lo largo de su historia sonadas meteduras de pata, pero en aquella ocasión no se trató de un error. Aquella intervención tuvo (a fin de cuentas es lo que mueve el mundo) motivaciones económicas. El programa “petróleo por alimentos”, suponía un lucrativo negocio (amén de para Saddam), para Francia, Rusia Y China (países que iban a vetar, curiosamente) y las empresas norteamericanas no participaban del pastel. Por otra parte el lobby armamentístico norteamericano (después de la decepción que les supondría el final De la Guerra Fría) necesita de conflictos para dar salida al stock de armamento, y así poder vender a su gobierno los nuevos avances tecnológicos de su industria. Todo ello unido a que la Casa Blanca era republicana (más belicosos y receptivos a los intereses de las grandes empresas) provocó que a pesar de la gran oposición de la población mundial , del Consejo de Seguridad y de una gran mayoría de países se invadiera Iraq.
De aquellos polvos esto lodos y ahora Iraq es ingobernable y ha surgido en su territorio el Estado Islámico con el enorme problema que supone para nuestra civilización.
El Gendarme del Mundo estaba acostumbrado a imponer dictaduras afines a sus intereses cuando los gobiernos de otras naciones (aunque como en Chile fueron democráticamente elegidos) no eran de su agrado. Pero no es lo mismo una dictadura militar en la que imponiendo determinados niveles de terror sobre la población se puede controlar un país, que imponer la democracia (excusa que utilizaron, amén de la de acabar con el terrorífico arsenal iraquí). Una democracia supone otorgar el poder al pueblo y dotarlo de libertades. No siempre se puede controlar lo que vota y el uso que haga de la libertad adquirida un pueblo.
La democracia se debe establecer por convencimiento, no por imposición. El mundo musulmán se encuentra en su Edad Media (curiosamente el año 1.435 de su era) y no existe aún una separación entre la religión y el poder político. Hasta que ésta no se produzca es difícil que puedan tener sociedades homologables a la occidental. Esto se conseguiría aumentando el nivel cultural de su población para que surgieran nuevos pensadores amén de los que existan, como sucedió en Europa, que impusieran nuevas formas de entender la religión, y no lanzando misiles tomahawk. Éste será un proceso costoso y a largo, largo plazo. Pero el problema del radicalismo islámico es más acuciante.
EE.UU. como potencia hegemónica ha de procurar mantener los equilibrios internacionales y no provocar otros nuevos como hicieron en Iraq, país que la mano férrea del tirano tenía controlado, y que aquella actuación sumió en el caos. Más inteligente ha sido Obama al no apoyar militarmente en Siria a los rebeldes consciente que caído Bashar al Assad sus sucesores serían peores para su pueblo y provocaría nuevos desequilibrios regionales (lo que más interesa evitar) con el ascenso del Estado Islámico.
De momento, en gran medida gracias a la sabiduría de algunos gobernantes, el radicalismo islámico se extiende y supone una gran amenaza para nuestras libertades. Tampoco es de temer que el Islam se lance a la recuperación militar de Al-Andalus, pero como se generalicen los atentados terroristas en nuestros países corremos el riesgo de que nuestros políticos limiten derechos y libertades (como sucedió tras el 11S). Ya sabemos que se muestran prestos a la hora de limitarlos y remisos a la de concederlos. Si además tenemos en cuenta que nosotros los tenemos a tiro de piedra, y que el amigo americano con la fracturación hidráulica no tiene tanta necesidad energética, quizá seamos nosotros los que tengamos que poner los muertos en esta ocasión.
Si no fuera porque no dudo de la virtud de doña Barbara y cierto parecido físico aún no me explico como un hombre de la capacidad de George Bush (no confundir con Bushito) pudo procrear semejante engendro. Misteriosa y compleja ciencia, la genética.
Otro presidente de la misma brillantez, en este caso en EE.UU. , George Bush, en adelante Bushito, entendió que su nación debía cumplir el papel que la historia le había encomendado y debía librar a la humanidad de la amenaza de Saddam Hussein, que se estaba dedicando a fabricar armas de destrucción masiva.
Como sucede actualmente, España formaba parte del Consejo de Seguridad y Bushito, se lo soplaría algún asesor, pensó que España debía tener un gran ascendiente sobre la comunidad iberoamericana por lo que le interesaba de aliado. Bushito que sabía que no iba a poder sacar adelante una resolución del Consejo de Seguridad (se conocía la intención de vetarlo por Rusia, China y Francia), quería obtener una legitimidad moral para la intervención. Necesitaba al menos conseguir nueve votos favorables a la misma (número de votos necesarios para aprobar una resolución si no hubiera vetos) y se daba la circunstancia de que México y Chile también eran miembros temporales del club. Por tanto el César envió al Gobernador de Hispania a que convenciera a Lagos y Fox. Estos le dijeron, en lenguaje diplomático, que nasti de plasti y que cogiera el avión de vuelta. El ridículo de nuestro país, aunque los medios de la derecha consideraban que Aznarín era un gran estadista, fue mayúsculo. Aznarín da para relacionarse con Gadafi, no para más. Ni llegaron a presentar la propuesta de resolución al Consejo.
La intervención se produjo sin resolución y por ninguna parte aparecieron las terribles armas. Así nos lo hizo saber, entre sonrisas, Bushito. La CIA ha tenido a lo largo de su historia sonadas meteduras de pata, pero en aquella ocasión no se trató de un error. Aquella intervención tuvo (a fin de cuentas es lo que mueve el mundo) motivaciones económicas. El programa “petróleo por alimentos”, suponía un lucrativo negocio (amén de para Saddam), para Francia, Rusia Y China (países que iban a vetar, curiosamente) y las empresas norteamericanas no participaban del pastel. Por otra parte el lobby armamentístico norteamericano (después de la decepción que les supondría el final De la Guerra Fría) necesita de conflictos para dar salida al stock de armamento, y así poder vender a su gobierno los nuevos avances tecnológicos de su industria. Todo ello unido a que la Casa Blanca era republicana (más belicosos y receptivos a los intereses de las grandes empresas) provocó que a pesar de la gran oposición de la población mundial , del Consejo de Seguridad y de una gran mayoría de países se invadiera Iraq.
De aquellos polvos esto lodos y ahora Iraq es ingobernable y ha surgido en su territorio el Estado Islámico con el enorme problema que supone para nuestra civilización.
El Gendarme del Mundo estaba acostumbrado a imponer dictaduras afines a sus intereses cuando los gobiernos de otras naciones (aunque como en Chile fueron democráticamente elegidos) no eran de su agrado. Pero no es lo mismo una dictadura militar en la que imponiendo determinados niveles de terror sobre la población se puede controlar un país, que imponer la democracia (excusa que utilizaron, amén de la de acabar con el terrorífico arsenal iraquí). Una democracia supone otorgar el poder al pueblo y dotarlo de libertades. No siempre se puede controlar lo que vota y el uso que haga de la libertad adquirida un pueblo.
La democracia se debe establecer por convencimiento, no por imposición. El mundo musulmán se encuentra en su Edad Media (curiosamente el año 1.435 de su era) y no existe aún una separación entre la religión y el poder político. Hasta que ésta no se produzca es difícil que puedan tener sociedades homologables a la occidental. Esto se conseguiría aumentando el nivel cultural de su población para que surgieran nuevos pensadores amén de los que existan, como sucedió en Europa, que impusieran nuevas formas de entender la religión, y no lanzando misiles tomahawk. Éste será un proceso costoso y a largo, largo plazo. Pero el problema del radicalismo islámico es más acuciante.
EE.UU. como potencia hegemónica ha de procurar mantener los equilibrios internacionales y no provocar otros nuevos como hicieron en Iraq, país que la mano férrea del tirano tenía controlado, y que aquella actuación sumió en el caos. Más inteligente ha sido Obama al no apoyar militarmente en Siria a los rebeldes consciente que caído Bashar al Assad sus sucesores serían peores para su pueblo y provocaría nuevos desequilibrios regionales (lo que más interesa evitar) con el ascenso del Estado Islámico.
De momento, en gran medida gracias a la sabiduría de algunos gobernantes, el radicalismo islámico se extiende y supone una gran amenaza para nuestras libertades. Tampoco es de temer que el Islam se lance a la recuperación militar de Al-Andalus, pero como se generalicen los atentados terroristas en nuestros países corremos el riesgo de que nuestros políticos limiten derechos y libertades (como sucedió tras el 11S). Ya sabemos que se muestran prestos a la hora de limitarlos y remisos a la de concederlos. Si además tenemos en cuenta que nosotros los tenemos a tiro de piedra, y que el amigo americano con la fracturación hidráulica no tiene tanta necesidad energética, quizá seamos nosotros los que tengamos que poner los muertos en esta ocasión.
Si no fuera porque no dudo de la virtud de doña Barbara y cierto parecido físico aún no me explico como un hombre de la capacidad de George Bush (no confundir con Bushito) pudo procrear semejante engendro. Misteriosa y compleja ciencia, la genética.
Fermín.
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