domingo, 31 de agosto de 2014

CERDOS INSACIABLES


Recibimos continuamente noticias sobre nuevos casos de corrupción. Estos casos afectan fundamentalmente a los dos grandes partidos y también a los nacionalistas catalanes. No es que sean potencialmente peores que los de otras formaciones, lo que suceda es que son los que copan el poder. Quizá no se conozcan muchos casos que afecten al PNV por la banda de justicieros, todavía no disuelta, que existe en el País Vasco (el instinto de supervivencia prevalecerá sobre la avaricia).

Casos de enriquecimiento de políticos y particulares afines a los partidos políticos. Como ejemplos del PP tenemos la Comunidad Valenciana (que clase de gestión llevaría a cabo Joan Lerma en esa comunidad para que a pesar de lo que nos informan siga contando en ella el PP con el apoyo de los electores). Imputados que se esconden tras los privilegios del escaño, con el presidente de la Cámara Juan Cotino a la cabeza. Destaca con luz propia el ya condenado y hombre con más fortuna del país en los juegos de azar, Carlos Fabra. Sus problemas con la justicia empezaron hace más de una década, Su poder ha llegado hasta el punto de que han sido varios los jueces y fiscales que lo han tenido que investigar, con sucesivos relevos. Ha ocupado importantes cargos políticos, como el de presidente de la Diputación de Castellón sin haberse presentado a unas elecciones dando la cara ante los ciudadanos, sin encabezar ninguna lista. Al final se le ha podido condenar con cuatro años, aunque aún no ha ingresado en prisión.

El PSOE tuvo su gloriosa década de los 90 (Roldán, Mariano Rubio, FILESA, Urralburu, Juan Guerra, etc.) y , aunque no se tratara de corrupción económica, terrorismo de Estado con Barrionuevo y Vera ingresando en prisión (Felipe con todo el aparato de inteligencia, el entonces CESID, a su servicio no se enteraba de nada, algo lógico). El conocimiento de estos hechos fue una de las principales causas (quizá la principal) de una enorme pérdida de poder de este partido. Pero todavía conservan su cortijo andaluz. El asunto de los ERE puede suponer uno de los mayores saqueos (si no el mayor) del erario público conocido. Multitud de cargos públicos imputados y traslado de la instrucción al Supremo de la causa por indicios penales que incriminan a nueve aforados (con los ex presidentes Chaves y Griñán a la cabeza). No renuncian a sus cargos para facilitar la acción de la justicia. Bien es cierto que se les supone presunción de inocencia, un inocente no tendría que renunciar a su cargo a la primera denuncia. Pero las evidencias son demoledoras. Su aforamiento no solo les permite que sea el Supremo el que entienda sobre la causa, sino ralentizar la acción de la justicia y obligar a que un tribunal que no es de instrucción, cuyos magistrados no tienen por que tener gran experiencia en ello, retome las actuaciones. Con ello conseguirán minimizar las consecuencias penales y, si cae alguna prescripción con eso que se encuentran.

Para no extenderme aún más concluyo con la starlette del momento, el ex Molt Honorable Jordi Pujol. Las noticias que tenemos sobre la fortuna oculta de tan insigne personaje y su prole crece día a día. Se hablaba de 600 millones de euros, pasó a 1.800 millones y continuará. Causa vergüenza ajena volver a ver las imágenes de D. Molt envolviéndose en la bandera catalana mediada la década de los 80 por el caso de Banca Catalana. Decía que era un ataque contra Cataluña, movilizó los sentimientos de los catalanes, a las masas con el ruin propósito de defender no Cataluña, sino su patrimonio. Consiguió su objetivo, ha gozado de impunidad (gracias a inimaginables presiones políticas sobre la judicatura) para proseguir su expolio del bolsillo de los ciudadanos catalanes y no catalanes.

No son más que ejemplos de lo que conocemos. Pero el sentido común lleva a pensar que no son más que la punta del iceberg de lo que realmente habrá. Un corrupto asume un riesgo, pero éste ha de ser controlado. No se roba con esta desfachatez si no se cuenta con altas posibilidades de que no se conozca, y dado este supuesto, de quedar impunes. Puede ser un 10 %, un 15 %, que sé yo, de lo que habrá sucedido y esté sucediendo realmente. Que cada cual dé el porcentaje que considere oportuno.

La responsabilidad no es solo de los corruptos sino de la clase política (utilizo la palabra clase porque así se consideran ellos mismos, si se les llama casta se ponen de los nervios) que lo consienten, lo toleran, lo justifican y solo cuando resulta evidente y fehaciente lo condenan. Rajoy calificó de ciudadano ejemplar a Fabra, envió mensajes de apoyo a Bárcenas (ahora es la viva encarnación de Lucifer para los dirigentes populares) conocidos sus ahorros en Suiza, etc. Y ahí sigue, como el que oye llover. El nuevo valor socialista ya ha declarado que no duda de la honestidad de Chaves y Griñán (aunque no de la de otros, debe haber jerarquías y clases en su partido). No espera ni a las resoluciones judiciales. Con este comienzo, ¿cómo acabará el nuevo líder socialista?. Y ahí sigue también Mas, cuando fue miembro de gobiernos de Pujol (ya no se sabe si sería el 3%, el 5% o cual el porcentaje de mordida).

Para ello se apoyan en unos medios de comunicación partidistas en exceso. Se supone que la prensa ha de actuar como contrapoder, ha de criticar y controlar el poder político. Pero actúan como portavoces de los partidos políticos afines. Ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Informan y critican las actividades corruptas de los contrarios, y minimizan y son condescendientes con los afines. Se puede comprender que un medio tenga línea editorial, pero no tanta parcialidad, que deriva en manipulación. Ahora nos encontramos ante la posibilidad dada la crisis del bipartidismo que. para no perjudicarse entre ellos (PP y PSOE) dejen de informar de lo que se conozca. Ya se escuchan voces en ese sentido.

Decía mi padre, hombre rural, que vivió buena parte de su edad adulta en el régimen franquista, cuando se presentaban los primeros comicios democráticos, y con el conocimiento de lo que sucedía en el antiguo régimen, que había que votar a los que ya estaban. Los comparaba con los cerdos que comen con avidez. Consideraba que si el cerdo era siempre el mismo llegaría un momento en el que dejaría de tener hambre. Otros nuevos serían nuevos cerdos que alimentar.

Lamento contradecir tan sabias palabras porque realmente son insaciables, nunca les parecen pocos los ceros que añaden a sus cuentas. Ante esto yo hago una propuesta diferente, que los ciudadanos demos nuestro voto a opciones alternativas. La izquierda que vote a Podemos o IU. Los conservadores tienen a UpyD o VOX. En las últimas europeas, aunque no lo sepa el común de los ciudadanos, hubo 41 candidaturas, por lo que hay variedad de oferta. Solo hay que elegir con espíritu crítico.

Y esto no se lo propongo solo a los indecisos sino a los convencidos de PP y PSOE. Si votaran a partidos alternativos conseguirían que los partidos mayoritarios reaccionaran por su propia supervivencia y fueran realmente expeditivos con los corruptos. Quizá más adelante podrían volver a votarlos. Volver a votar a estas formaciones significaría legitimarlas y que prosiguieran con sus prácticas. A pesar de la derrota del bipartidismo ante el resto (consiguieron menos del 50% de los votos) en las últimas europeas, siguen en la misma línea, solo meras declaraciones cosméticas con las que pretenden camelarnos. Por tanto debemos continuar la línea iniciada en los últimos comicios hasta que nos escuchen.

Y que nadie se preocupe, no votamos políticos sino gestores. La línea política ya nos la marca Merkel.
 
Fermín.

domingo, 24 de agosto de 2014

DEMOCRACIA REPRESENTATIVA=DEMOCRACIA CONTROLADA


Muchos analistas políticos no cesan de bombardearnos con las virtudes de nuestro sistema democrático. Sin tratar de negar su utilidad conviene también precisar los muchos defectos que posee.

Se trata de una democracia representativa. En una democracia representativa se puede optar entre un sistema mayoritario (como en EE.UU. y Reino Unido) o proporcional (como Alemania, Italia, España,etc.). Nuestro sistema, aún siendo proporcional, se trata de una proporcionalidad corregida que favorece a las listas más votadas. Ambos presentan problemas. En el caso de EE.UU. y Reino Unido las minorías difícilmente obtienen representación, aunque tienen la ventaja de que eligen directamente a sus representantes. En nuestro sistema elegimos listas cerradas y bloqueadas, de tal manera que los ciudadanos elegimos como representantes a candidatos que nos imponen las fuerzas políticas y a los que desconocemos en su mayoría. Además, aunque sea en principio proporcional, la aplicación de la ley D'Hondt sobre 50 circunscripciones hace que favorezca a los grandes partidos (o a aquellos que como los nacionalistas concentren sus votos en pocas circunscripciones). Esto produce distorsiones que afectan incluso a los votantes a la hora de hacerlo, como sucede con el llamado voto útil. Muchos votantes de una tendencia política eligen de entre los partidos que más concuerdan con sus ideas aquél que más posibilidades de victoria tiene. De tal manera que PP y PSOE resultan favorecidos respecto a UpyD e IU, por ejemplo, tanto por la aplicación de la ley D'Hondt como en la influencia que la aplicación de dicha ley ejerce sobre la decisión de los electores. En cualquier caso, sea proporcional o mayoritario, ambos reflejan la voluntad popular de manera sesgada. Lógicamente la aprobación de la ley electoral corresponde a las mayorías, por lo que éstas no tienen el más mínimo interés en cambiarla. A no ser, como está proponiendo el PP, en su propio beneficio.

Por tanto, aunque lógicamente una democracia asamblearia es a todas luces inoperante, además de que los ciudadanos tienen otras preocupaciones y asuntos que atender más allá de la política, sería exigible por parte de los mismos que les dieran más posibilidades de participación, no solo votar cada cuatro años. Es decir, democracia representativa, pero más participativa, sin excluir la decisión directa por parte de los ciudadanos vía referéndum vinculante. También habría que plantearse el fenómeno de Internet como medio de participación política.

Titulo democracia controlada porque así se diseñó desde la misma Constitución. Tenemos por ejemplo que el artículo 92 de la Constitución establece que solo el gobierno central puede proponer al rey la celebración de un referéndum, que en cualquier caso solo sería consultivo. Lo primero es una forma de limitar las posibilidades de expresión de los ciudadanos, lo segundo consiste en tutelar la decisión de los mismos. Considerar que un referéndum solo puede ser consultivo es hacer que el poder político puede imponer su decisión a lo que éstos decidan directamente. Cuando elegimos a los políticos pocas personas coinciden en su totalidad con sus propuestas, elegimos a los que más se acercan a nuestras posiciones. Por tanto aplicando el sentido común no puede prevalecer la decisión de unos representantes sobre la decisión directa del pueblo. Como ejemplo tenemos como el partido socialista después de lo que votaron los ciudadanos sobre el referéndum de la OTAN, años después no respetó el resultado de aquella consulta cuando intervino militarmente en la antigua Yugoslavia y cuando ingresamos en la estructura militar aliada. No se trata en estos momentos de discutir sobre la idoneidad de nuestra pertenencia o no a la alianza militar, sino que carece de legitimidad que un gobierno tome decisiones por encima de lo que decidió el pueblo directamente. En el caso catalán nos encontramos en la situación de que les impiden pronunciarse. No se trata ahora de hablar sobre la independencia o no de Cataluña, sobre a quien le corresponde decidir, sino a defender el derecho de todos los ciudadanos a expresarse y, estableciendo las condiciones, a decidir.

Por una parte al tratarse de un sistema parlamentario, la separación en tres poderes que estableció Montesquieu en el siglo XVIII queda reducida, en la práctica, a solo dos (famosa es la frase “politización de la justicia y judicialización de la política”), poder político y poder legislativo. El poder ejecutivo ha absorbido al legislativo. La Constitución establece la prioridad de la iniciativa legislativa del ejecutivo sobre el resto de actores legitimados (incluido el propio legislativo) para llevarla a cabo. El ejecutivo además de la potestad de desarrollo reglamentario de las leyes, que le es propia, tiene la capacidad de dictar Decretos-leyes y decretos legislativos, aunque requieran la autorización parlamentaria. Además una persona puede ser titular de ambos poderes, como sucede con la mayoría de los miembros del gobierno.

Pero tal y como esta diseñado nuestro sistema, en la práctica este control es aún mayor. En las elecciones a los ciudadanos nos convocan para elegir a nuestros representantes en Cortes, pero realmente se plantean como si fueran unas elecciones presidenciales. Nos llaman a elegir entre cabezas de lista que son los que aparecen en los carteles electorales, pero nosotros solo elegimos a los diputados que correspondan a nuestra circunscripción, con el convencimiento de que estos elegirán posteriormente como presidente a su líder. Se da la paradoja de que nos plantean unas cuasi elecciones presidenciales y éstas son legislativas.

Además nuestros parlamentarios están de hecho sometidos a la férrea disciplina de los partidos, de tal manera que la camarilla dirigente de cada partido es la que decide, ellos solo se limitan a apretar el botón. Tenemos que nuestra sistema presenta la paradoja, por no llamarla aberración, de que los parlamentarios son dueños formalmente de su voto pero a su vez han de obedecer consignas de partido, a esto lo llaman “democracia interna”. Es decir algo tan curioso como que la mayoría de un grupo parlamentario decide por todos, Si no lo hacen los multan y lo verdaderamente coercitivo, el convencimiento de que en los próximos comicios no irán en las listas. Y no les duelen prendas de reconocerlo públicamente. Ya que ellos son los legisladores que decidan, verdaderos representantes del pueblo o que se quiten la careta que con que solo haya un representante por grupo parlamentario con el poder proporcional que le corresponda nos basta. Nos ahorraríamos muchos salarios.

Prefiero no hablar de un Senado, que al contrario que sucede en otros países, carece de real poder decisorio. Podrían modificarlo, porque ahora solo sirve para que Griñán eluda a la jueza Alaya y pagar unos cientos de generosos estipendios. Si no, que lo supriman. De ellos es de quien depende hacerlo.

Hablaba de un sistema con dos poderes, político y judicial, pero hay que tener en cuenta que el político con su voracidad trata de controlar al judicial. Así tenemos el aforamiento de que gozan, nivel de fuero que no es común a la mayoría de los países de nuestro entorno. Hacen manifestaciones de querer modificarlo pero ahí sigue, casi pretenden que les tengamos lástima por solo disponer de una instancia judicial. Tenemos que la elección del CGPJ les corresponde. Tiene sentido que sean los representantes del pueblo los que elijan el órgano de gobierno de un poder del Estado y que no lo hagan meros funcionarios como serían los jueces; pero no es menos cierto que este órgano que eligen es el que nombra a los jueces del Supremo, a quienes correspondería juzgarlos en un momento dado. Creo que con esto cerramos el círculo. Para más INRI tenemos la institución del indulto, donde el ejecutivo tiene la posibilidad de modificar decisiones judiciales y no tiene ni que motivarlo. No es que haya que acabar con esta posibilidad para el condenado (faculta para corregir algunas decisiones de los jueces que no permite la rigidez legal) pero podrían exigir el apoyo del tribunal sentenciador y además podrían atribuirle este derecho de gracia al mismo poder judicial. Que fueran los propios jueces los que decidieran sobre cuestiones de ámbito judicial. Evitaríamos suspicacias sobre algunos indultos y se evitaría que España fuera uno de los países de nuestro entorno que más indultos concede.

Aunque me resulta criticable el sistema norteamericano en muchos aspectos (como la financiación privada de las campañas, con lo que supone de manipulación por parte del gran capital) envidio el hecho de que elijan de forma separada a su presidente y a sus legisladores, verdadera separación de poderes. Envidio también que los electores sepan a que representantes eligen y que no los impongan los partidos. Envidio ver a los asesores de Obama negociando en ocasiones senador por senador y no con los gerifaltes de los partidos. Envidio que la Jefatura de Estado sea elegida y no heredada. Envidio que convoquen consultas populares (referéndumes) sin tantas limitaciones como en nuestro país.

Tristemente nos encontramos con que la mayoría de los dirigentes de los partidos han tenido que hacer carrera en sus partidos (como Susana Díaz) y que las cúpulas de los mismos deciden sobre las listas electorales. Así a los poderes económicos y otros poderes fácticos les resulta más fácil controlar al poder político. Después ya solo les basta con controlar también los medios de comunicación. Si alguien solicita profundizar en nuestra democracia nos recuerdan los fantasmas del pasado y nos dicen que la perfección democrática se alcanzó con la Constitución de 1.978. Eso sí, con Podemos e Internet les ha salido un grano.
 
Fermín.

domingo, 17 de agosto de 2014

NO SON MÁS QUE NEGROS


En recientes fechas se ha producido un nuevo desembarco de subsaharianos en las costas de Tarifa. Evidentemente ha sido con el consentimiento de Marruecos que de vez en cuando necesita hacerse notar. El problema de la inmigración irregular es realmente complejo y ni desde Europa ni desde España parece existir el más mínimo interés en abordarlo. La idea más genial consiste en pagarle al sátrapa de Mohamed VI para que evite que embarquen en pateras.

Rosa Díez como consecuencia consideró evidente que Marruecos deja pasar a los inmigrantes “ilegales” hacia España. Yo le diría a doña Perfecta que se equivoca, que precisamente Marruecos, con nuestro apoyo y financiación, nos hace el trabajo sucio, lo que no permitirían nuestras leyes; los maltratan, torturan y llegan a ponerlos frente al desierto. En este último caso el final no es difícil de imaginar. Lo que pasa es que nuestro querido Mohamed necesita recordarnos el servicio que nos presta, nadie concede favores gratis. Si realmente permitiera que accedieran a nuestras costas libremente, entonces si tendríamos un problema real.

Con la situación en que se encuentra África esto sólo puede ir a más, tarde o temprano la situación puede convertirse en explosiva. A no ser que los eliminemos, y de esa forma daríamos salida al stock de armamento, y crearíamos más puestos de trabajo en esta industria. Como no es cuestión de plantear barbaridades ni tampoco soluciones como la libertad de entrada a todo el que así lo quiera (con los enormes problemas de gasto sanitario, educativo y social que ello conllevaría, algo inasumible; así como la conflictividad social que provocaría) como proponen algunos. Se podría intentar una solución capitalista.

El capitalismo es como el hámster que no cesa de caminar sobre la noria para que esta no se pare. Ha de generar productos de consumo para que los consumidores los adquieran. El consumo genera actividad económica y puestos de trabajo, es decir, ingresos para seguir consumiendo. Éste sería su círculo virtuoso. Cuando falla le toca al círculo vicioso en el que nos encontramos.

Tras la Gran Depresión EE. UU. necesitó de la II Guerra Mundial para salir de ella. Tras ella, para ayudar a la Europa aliada a superar la posguerra, puso en funcionamiento el Plan Marshall. Dicho plan supuso un desembolso de 13.000 millones de dólares de la época, su aplicación se extendió desde 1.947 a 1.952. Consiguió que en este año los países participantes, excepto la RFA, superaran los níveles anteriores al conflicto. El desarrollo económico y social posterior de Europa no tiene precedentes históricos. No se puede adjudicar todo el mérito al citado plan, pero es evidente su éxito.

Actualmente Europa es una sociedad envejecida y sin dinamismo. Podemos empezar otra vez a construir sin mesura hasta que nos demos cuenta que no tenemos compradores para las nuevas viviendas. También podríamos mirar a África, continente joven y con ganas de trabajar. Un segundo plan Marshall en África sería mucho más complicado y no solo por el coste. Tienen grandes deficiencias en cuanto a la formación de sus habitantes, así como de infraestructuras. Y lo peor, donde radica el gran problema, sus dirigentes no miran más allá de la evolución de sus cuentas en Suiza. No les preocupa sacar adelante a su población. Pero, ¿quiénes mantienen a estos dirigentes?, ¿dónde están los bancos en que guardan su dinero (convenientemente expoliado a su población)?, ¿no mantenemos a estos dirigentes para que las grandes multinacionales exploten sus recursos?, ¿de quién es la responsabilidad?

Lógicamente al actuar sobre los bancos suizos (y otros paraísos o pseudoparaísos fiscales) los primeros perjudicados serían ellos. Pero claro ahí no están solo los dineritos de estos tiranos, sino también los de otros poderosos de piel más clara. Los mismos que controlan los medios de comunicación que nos bombardean con sus noticias y comentarios tendenciosamente Los mismos que ofrecen colocación, muy bien remunerada por cierto, a muchos de nuestros ex dirigentes (con Felipe y Aznar como máximos exponentes). A veces elegimos a políticos que consideran la política, más como MEDIO de obtención de méritos curricalares, que como FIN de servicio público

Alemania es quien por su potencial y división del resto de grandes países de la zona euro marca la política económica a seguir. Tiene histórica fijación con el control de la inflación (el auge del nazismo fue consecuencia de la hiperinflación provocada por las indemnizaciones impuestas a Alemania tras la I Guerra Mundial). Pero actualmente el riesgo de deflación es superior al de alta inflación. En EE. UU. se ha introducido liquidez en el mercado y actualmente su crecimiento es del 3%. De Europa ni comento.

Sin ser ni empresario ni economista el sentido común me dice que cuando una empresa recorta y no invierte no puede crecer. Si asume riesgos puede prosperar. El crecimiento en Europa es anémico (Rajoy saca pecho por un 0,6%), EE.UU tiene un crecimiento mucho más vigoroso.

Evidentemente es utópico luchar contra los poderosos, pero el voto nos pertenece. Podemos elegir entre un capitalismo de acumulación de grandes fortunas que hacen pulular los capitales por los mercados, así cuando un país perfectamente viable está en dificultades especulan contra su moneda hasta obtener pingües beneficios sin haber producido nada (España se habrá escapado por formar parte del euro). Por otra parte tendríamos un capitalismo de inversión productiva que si generaría riqueza y prosperidad.

Invertir en África, acabando previamente con sus élites corruptas (lo mismo que las hemos puesto las quitamos) abriría nuevos mercados para nuestros productos y aumento de intercambios comerciales que generarían riqueza y prosperidad para las personas. El sistema económico (en este caso capitalismo) ha de estar al servicio de las personas y no al contrario.

También tenemos el problema de que China está comprando materialmente el continente negro. Quizá los próximos conflictos con China no sean como en el siglo XIX en Asia sino más cerca de nuestras fronteras.

Tendremos que elegir entre que China se apropie de las tierras de los africanos (compradas a unas élites que guardan el dinero en Occidente) y que ingentes cantidades de desheredados asedien nuestras fronteras, o en desarrollar ese continente con los beneficios económicos, geoestratégicos y de estabilidad social que conllevaría. Si EE. UU. ideó el Plan Marshall para frenar el comunismo,¿no es igualmente preocupante China y una inmigración descontrolada?

Pero con unos políticos interesados, manipulados y tan míopes que no ven (o no quieren ver) más allá de la próxima encuesta, la situación degenerará progresivamente y las consecuencias (eso sí) las pagaremos nosotros, no las élites políticas y económicas.
 
Fermín.

domingo, 10 de agosto de 2014

PSOE: DE 202 DIPUTADOS A MULETA DEL PP


El PSOE es el partido político que, desde la recuperación de la democracia, más tiempo ha ejercido el poder en el gobierno central. Desde los primeros comicios democráticos se convirtió en la fuerza hegemónica de la izquierda arrebatándole dicha posición a un PCE, que fue la principal oposición interna al régimen franquista. Evidentemente el electorado prefirió una fuerza política de izquierdas más moderada. Desde esa posición de privilegio en el electorado de izquierdas, alcanzó sus más altas cotas en 1.982 cuando con Felipe González alcanzó 202 diputados en el Congreso. Ello se debió a la descomposición de la UCD y a un mensaje ilusionante. La izquierda no ejercía el poder desde la II República. En aquellas elecciones se produjo la consagración de AP (actualmente PP) como la alternativa de derechas. El centro, si alguna vez existió, se diluyó.

A pesar de la modernización del país que llevó a cabo Felipe González el PSOE fue progresivamente perdiendo apoyos en los sucesivos comicios hasta que en 1.996 perdió en favor de José María Aznar. En 2.000 perdieron estrepitosamente y todos sabemos las causas del vuelco electoral de 2.004. Su posterior victoria de 2.008 puede achacarse a que el viento soplaba a favor en el terreno económico. Cuando llegaron las dificultades, en forma de crisis económica, Zapatero se encargó de demostrar su ineptitud al no coger el toro por los cuernos. Cierto es que la crisis se hubiera llevado por delante cualquier gobierno, pero Zapatero escondió la cabeza debajo del ala como el avestruz. Pretendió solucionarla negándola (utilizaba el eufemismo de “desaceleración económica”). Es importante recordar que consideraba al sistema financiero nacional como el más sólido del mundo mundial (con las consecuencias que esto ha provocado) y su medida más “brillante” para abordar el creciente incremento del desempleo fue el Plan E, es decir, empleo subvencionado, un parche de cerca de 13.000 millones de euros (un 1,3 % del PIB que añadió a nuestra deuda). Pasará a la historia como un político bienintencionado, que ciertamente llevó a cabo algunos avances sociales (como el matrimonio entre homosexuales) pero nefasto en el terreno económico.

En definitiva, el PSOE desde 1.982 ha sufrido un declive continuo (que se revirtió en 2.004, pero todos sabemos porqué) en sus cuotas de poder a todos los niveles. Curiosamente España se define sociológicamente como un país escorado a la izquierda y la derecha tiene un poder institucional desconocido en democracia. Este declive podría achacarse a que las políticas económicas más aceptadas en la actualidad son de corte liberal. La caída de la URSS supuso la desaparición de un modelo alternativo. La ampliación de la población de clase media en España, gracias precisamente a la gestión de González, unida a un distanciamiento de las políticas de izquierdas por parte del PSOE, ha provocado que gran parte de la población prefiera el original a la copia. Para hacer estas políticas mejor el PP.

En la última encuesta del CIS la intención de voto para el PSOE se sitúa en el 21% por un 30% del PP. Esto hace que otras fuerzas, sobre todo Podemos, suban y el bipartidismo se tambalee. Ello podría explicarse por la incapacidad de ambas fuerzas políticas para sacarnos de la situación de crisis económica, y la corrupción que afecta a ambas formaciones. La corrupción y, sobre todo, la falta de interés por atajarla (debe haber muchos intereses creados en ambas formaciones que les impiden tomar medidas creíbles para la ciudadanía) influye también mucho en el apoyo a otras opciones (lógicamente al justificarlo todo con el “y tú más” los electores buscan alternativas diferentes).

Con unos resultados en esta línea en unas elecciones generales el país tendría graves problemas de gobernabilidad para 2.016. No habría ni mayorías absolutas ni “suficientes” para gobernar. La cuestión catalana impediría que el tradicional partido bisagra (CiU) apoyara al PP y, aunque lo hiciera, difícilmente podrían sumar los apoyos parlamentarios para sostener un gobierno. Esto solo dejaría dos alternativas de la que solo una sería viable.

Una sería una coalición de izquierdas, que quizá sería la más deseada entre sus votantes. Pero hay que tener en cuenta que, independientemente de etiquetas, las diferencias entre IU y Podemos por un lado, y PSOE por otro, son mucho mayores en el terreno económico (las cosas de comer) que las existentes entre PSOE y PP.

Por otro lado tendríamos un acuerdo entre PSOE y PP que, diga Sánchez lo que quiera, se presenta como la más factible. Pedro Sánchez ha descartado la posibilidad de la gran coalición (evidentemente, de darse, la debacle del PSOE no haría sino acrecentarse), ante lo cual lo único posible sería un gobierno del PP en minoría, con apoyo parlamentario crítico (pero apoyo a fin de cuentas) por parte del PSOE; esto perjudicaría al PSOE menos. Al PP apenas le perjudicaría al no existir alternativas a su derecha. Será una legislatura inestable pero es lo que hay.

Desafortunadamente los ciudadanos nos vemos obligados a elegir entre la aplicación de unas políticas liberales (PPSOE), que no se muestran capaces de resolver el problema del desempleo (la reducción del desempleo es ridícula y a este ritmo se condena a los parados mayores de 50 años a no volver a trabajar), y una alternativa por parte de IU-Podemos ilusionante en términos de profundización democrática pero con propuestas económicas de subsidios, trabajo subvencionado y desatención de nuestros compromisos de deuda que son inviables. En el improbable caso de que ganaran, sencillamente no podrían llevarlas a cabo.

Aparece hoy en El País una encuesta donde el PSOE se equipara al PP en intención de voto. Me permito dudar de ella ya que no creo que un candidato por el solo hecho de ser joven, alto, guapo y preparado haga olvidar tan pronto la reciente gestión socialista, máxime sin presentar alternativas reales. También aparece otra de La Razón donde nos dice que solo cerca del 19% de los españoles quieren que gane Podemos. Es curioso observar como sistemáticamente dependiendo de la ideología del medio las encuestas adquieren un determinado sesgo. Realmente se convierten en instrumento de partidismo político.

En cualquier caso encuestas son solo encuestas y lo que vale se celebrará a finales del próximo año. El tiempo dará y quitará razones. 
 
Fermín.

domingo, 3 de agosto de 2014

LIMPIEZA ÉTNICA EN TIERRA SANTA


Escribía la pasada semana sobre la aspiración humana de las personas de convertirse en hijoputas. Al igual que los individuos también los colectivos aspiran a alcanzar dicho estatus. Un ejemplo paradigmático lo constituye el estado de Israel.

Desde la antigüedad los judíos han sido un pueblo oprimido, ya fuera por los babilonios, los egipcios, los romanos y otros. Sus profundas convicciones religiosas (una de las más antiguas religiones monoteístas) hizo que mantuvieran sus creencias a pesar de las sucesivas ocupaciones. Esto les hacía un pueblo incómodo para sus conquistadores, lo que les provocó exilios y expulsiones (diáspora) a lo largo de la historia. Ello les llevó a tener que asentarse en otros territorios cuyas religiones mayoritarias, cristianismo e islamismo, provienen del judaísmo (son consideradas las tres religiones monoteístas del Libro). Su convivencia con cristianos y musulmanes fue difícil (particularmente los cristianos los consideraba deicidas, cuando curiosamente Jesucristo era también judío). El culmen se alcanzó con la aniquilación sistemática llevada a cabo por el régimen nazi (solución final).

Concluida la II Guerra Mundial en 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la división de Palestina (entonces bajo dominación británica) en dos Estados, uno judío y otro palestino. Se les concedió a los primeros el 54% del territorio y a los palestinos el 46% restante. Teniendo en cuenta que a principios de la década de los años 30 la población musulmana quintuplicaba a la judía en el territorio, dicho reparto parece, cuanto menos, desproporcionado. Evidentemente fue claramente motivado por el creciente poder económico de la comunidad judía en EE. UU. (actualmente la población judía norteamericana supera a la israelí) y el complejo de culpabilidad de Europa. Este reparto, con reticencias, fue aceptado por los judíos pero no así por el mundo árabe lo que ha llevado a numerosas guerras y conflictos desde entonces.

En estas guerras el claro vencedor ha sido el Estado de Israel y como consecuencia ha provocado lo que se podría denominar una diáspora palestina. El propio fundador del sionismo, a principios del siglo XX, cuando aún no existía el estado de Israel, aconsejó la discreta expulsión de los árabes. Los 800.000 palestinos que quedaron en los territorios adjudicados a Israel tras la resolución de 1.947 y los posteriormente anexionados tras la guerra de 1.948, quedaron reducidos a 160.000, cifra más asumible por el Estado judío. La cifra actual de refugiados palestinos, expulsados de sus tierras, asciende a unos cuatro millones de personas, que en muchos casos sobreviven en campos de refugiados en condiciones infrahumanas. Estas son las sucesivas y nefastas consecuencias de las guerras árabe-israelíes para los palestinos.

Se han llevado a cabo diversos procesos de negociación, Los Acuerdos de Oslo de 1.993 fueron los que concitaron mayores esperanzas y en ellos se establecieron claras cesiones por parte de la OLP. Los líderes de entonces fueron Yasser Arafat, por parte palestina, e Isaac Rabin del lado israelí. El asesinato de este último por Yigal Amir, estudiante judío de extrema derecha, truncó toda esperanza. Las siguientes elecciones fueron ganadas por Benjamin Netanyahu en 1.996 y ni él ni el resto de dirigentes israelitas que han ocupado el poder han tenido la misma altura de miras que Rabin.

Resulta curioso observar como en Occidente, y especialmente en EE. UU., existe una equidistancia cuando no simpatía hacia Israel en el conflicto. Causa de ello puede ser
el enorme poder económico judío en EE.UU. que les lleva a controlar gran parte de los principales medios de comunicación. Esto hace que la información que recibe el pueblo norteamericano sea parcial (llegan a maximizar las víctimas judías y minimizar las palestinas). De modo que todos los presidentes norteamericanos (sean republicanos o demócratas) saben que, para llegar a serlo, han de apoyar incondicionalmente a Israel. Por tanto Israel es de facto el sexto país del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que los otorga la impunidad. Su poder de veto real llega a superar al de Reino Unido y Francia.

La población judía, que era minoritaria en la región en 1.947, a base de inmigración judía y marcha de refugiados palestinos es ahora mayoritaria en Israel. Israel ha procedido a realizar lo que cuando sucedió en Kosovo se calificó de limpieza étnica. A través de sus victorias militares ha expulsado a la población palestina dejándola reducida a su mínima expresión (un 19%) en Israel. Impide el retorno de los refugiados y no sólo eso, llega incluso a negar la posibilidad de uniones entre palestinos y musulmanes de nacionalidad israelí, en cuyo caso desposeerían a estos de la nacionalidad. Todo ello con el claro objetivo de mantener la superioridad demográfica.

Cuando las autoridades palestinas acceden a establecer negociaciones de paz, ellos continúan con los asentamientos de colonos en Cisjordania. A los palestinos les quitan las tierras y se ven obligados, para subsistir, a trabajar para los colonos por salarios de miseria en lo que antes eran sus propiedades.

Evidentemente un pueblo que se considera el pueblo elegido por Dios, al cual éste le concedió la tierra prometida se ve divinamente legitimado a tomar posesión de ella. El objetivo de Israel es claro, anexionarse definitivamente al menos Cisjordania, expulsando a los palestinos de la misma. Para ello el procedimiento también es claro, desposeer de sus tierras a los palestinos y humillarlos para de esta manera fortalecer a movimientos como Hamás.

Consideran que las acciones terroristas de Hamás les legitima para llevar a cabo acciones militares. Eso sí, no contra un ejército regular. Si un palestino se convierte en bomba humana y muere junto con varios judíos es un terrorista (habrá que ver el grado de desesperación que lleva a una persona a inmolarse, no todo se justifica con el fanatismo). Si un misil acaba con una familia, donde pudiera vivir un supuesto activista, son “daños colaterales” donde solo se pretendía efectuar una “ejecución extrajudicial”. Evidentemente en Occidente tenemos un doble rasero para medir un mismo hecho, desposeer de la vida a seres humanos, dependiendo de quien lo haga.

Algunos periodistas consideran que un estado democrático como Israel tiene derecho a defenderse. España se defendió ante el atentado del 11-M llevando a los responsables ante la justicia. Si solo quisiera defenderse debiera empezar por dejar de provocar, humillar y expoliar. El hecho de que sea democrático solo empeora las cosas, ya que ello significa que la responsabilidad es atribuible al pueblo israelí, que es el que mayoritariamente vota a dirigentes para que ejecuten esta política.

Siempre la historia la han escrito los vencedores y las potencias hegemónicas. Esto es lo que sucede con EE.UU. y sus protegidos; pero lo que sucede actualmente en Palestina tiene el nombre de limpieza étnica y de crímenes de guerra sobre la población civil según los propios parámetros norteamericanos.
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